Prueba del Mercedes-AMG E 53 4MATIC+ Coupé: elegancia y deportividad a partes iguales

El giro de casi 180º que realizó Mercedes con el diseño de la segunda generación del Clase A sigue dando sus frutos de forma incombustible. Da igual el segmento o el tamaño: todos ellos gozan de un gran atractivo. Y en lo más alto del podio podría estar, perfectamente, el coche de la prueba, el Mercedes-AMG E 53 4MATIC+ Coupé, que suma la elegancia del coupé de grandes dimensiones y la deportividad que le otorga las siglas AMG.

Frente a frente, sus prominentes paragolpes, las nervaduras del capó y los anchos pasos de rueda te dan una idea de qué versión se trata. Pero la que lo confirma es la exclusiva parrilla panamericana formada por doce lamas verticales. Y por si existe algún tipo de duda, ahí están las llantas de 19 pulgadas -20 como opción-, el difusor trasero y las salidas de escape dobles a cada lado; reales, por cierto... Como todo suma, como diría Pitágoras, la carrocería puede ir bañada por los nuevos colores gris grafito metalizado y mate azul brillante. Este último, que lo he podido ver en vivo, seguro que es el preferido por 9 de cada 10 futbolistas y estrellas del rap.

Dentro prima la tecnología. Es algo normal cuando por cuadro de instrumentos tienes una pantalla de 12,3 pulgadas con una excelente resolución y gemela en tamaño a la del sistema de infoentretenimiento, también con unos gráficos y una rapidez reseñable -ha sido desarrollada por Nvidia, nombre que posiblemente te suene por las tarjetas gráficas de los ordenadores-. Pero también, una vez más, se respira aire racing gracias a las molduras de fibra de carbono del salpicadero y la consola, la tapicería en cuero con pespuntes en rojo y los asientos deportivos con múltiples reglajes eléctricos. Lo que me sigue fascinando, da igual las veces que lo haya visto, son las toberas de ventilación de tipo turbina. ¡Qué ejercicio de diseño! 

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Mención aparte merece el nuevo volante, no por su excelente grosor y diámetro -eliminaría su forma inferior achatada-, o por ir tapizado en piel y Alcantara. No. Lo digo por los pequeños brazos dobles con mandos táctiles, las superficies en aluminio y, sobre todo, por los dos conmutadores con pantalla a color desde los que se controlan el escape, el cambio y el AMG Dynamics, o lo que es lo mismo, la permisividad del sistema de estabilidad -'Básico', 'Advance', 'Pro'-. ¡Qué pasada! Imagina en un puerto de montaña, conduciendo de noche. Eso sí, varias veces uno de ellos no cargaba bien su imagen. Cosas de la unidad de pruebas del Mercedes-AMG E 53 4MATIC+ Coupé...

Los asientos van situados bien abajo, como los traseros, con lo que los pasajeros de la segunda plaza tienen espacio suficiente para la cabeza a pesar de ser un coupé. El acceso no es un trabajo de niños, pero lo pone más fácil que con tan solo tirar de la palanca, las banquetas se muevan automáticamente y de forma eléctrica. 

Un amigo, baste metido en el mundo del motor, me pregunta. "¿Es el V8?" A lo que le respondo: "No. Es el seis cilindros en línea". "¿Entonces no lleva la firma del montador en el bloque, no?". "No", a lo que añado con la intención de dejarle ojiplático, aunque sin resultado: "cuenta con un sistema de hibridación ligera a 48 voltios". A lo que me responde: "sí, por eso lleva la etiqueta ECO a pesar de sus 3.000 cc y 435 CV". Me doy por vencido. Si él tuviese carné de conducir me quitaría el puesto, pienso...

La verdad es que con el sensacional sonido del escape y del motor no echo en falta uno de ocho cilindros en V. Cuando acelera, bien arriba de vueltas; cuando reduce, los petardeos y el sonido del turbo cuando pisas el pedal derecho a tope consiguen que mis pelos del brazo se ericen.

Dependiendo del modo de conducción escogido: 'Calzada resbaladiza', 'Comfort', 'Individual', 'Sport', 'Sport+' o 'Race', la personalidad del E 53 AMG varía, pasando de un dócil coupé perfectamente válido para viajar o para usarlo a diario por su comodidad, si los 15 l/100 km de media en al urbe no te asustan -el mixto oscila entre los 10 y los 11 l/100-, a un rabioso deportivo con una aceleración brutal y un cambio rapidísimo, sobre todo en modo manual, a pesar de tratarse de uno de convertidor de par de nueve velocidades en lugar de uno de doble embrague -aunque, como este último, a la hora de iniciar la marcha, pega tirones, por lo que tienes que acelerar con tacto-. Asimismo, se suma una dirección muy rápida y de buen tacto y una suspensión que mantiene firme la carrocería -puedes elegir entre 'Comfort', 'Sport' y 'Sport+'-. 

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En curva no es un coche ágil, porque sus casi dos toneladas -1.970 kilogramos- se notan, pero ese peso lo contrarresta con mucha potencia y sobre todo con mucho par desde bien abajo: 520 Nm desde solo 1.800 rpm. Se nota el compresor eléctrico que apoya en aceleraciones hasta con 22 CV -cifra que se añade a los 435 CV durante unos segundos- y evita el retraso de la entrada del turbo.

Y como te decía unas líneas más arriba, también es un coche excelente para viajar, porque a su comodidad y muy buena insonorización se suma el amplio listado de asistentes de conducción que vienen de serie compuesto por: paquete de aparcamiento con cámara de 360°, luces de carretera automáticas Plus, faros LED High Intelligent Light System, asientos con apoyo lumbar con 4 vías de ajuste, calefactados para conductor y acompañante y asistente para señales de tráfico. Eso pagando los 112.175 euros que tiene de precio base, porque previo desembolso se puede equipar cualquier sistema de ayuda, de seguridad o tecnológico que haya en el mercado. 

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