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Mercedes C 63 AMG: ¿Solo cifras y letras?

Mercedes C 63 AMG es mucho más que una aleatoria combinación de letras y números. Es la mezcla perfecta entre una berlina coupé y un motor de 6,2 litros, aliñados con la magia de la factoría AMG

Este Mercedes C 63 AMG, en esencia, es el mismo que el que vio la luz hace seis años, pero con la nueva imagen del Mercedes Clase C. Pese a ello, sigue pegando fuerte, porque en su momento le metieron tanta potencia que, a día de hoy, sus rivales siguen sin superarlo. El motor que mueve a esta bestia devoradora del asfalto es el mismo V8 y su denominación sigue siendo engañosa. Aunque se llama C 63, su motor en realidad no es de 6,3 litros, sino de 6,2. Concretamente de 6.208 cc.

Una de las principales mejoras es el avanzado cambio de Mercedes '7G-TRONIC AMG Speedshift'. Esta transmisión ha sustituido a la anterior de convertidor de par (lenta y muy lejos de lo que se espera de un deportivo) y transmite la potencia del motor de forma más ágil y directa por medio de un embrague multidisco de accionamiento automático. Además, cuenta con levas en el volante e indicador del punto de cambio mediante LED. Las prestaciones que ha logrado en esta prueba son mejores que antes y, sin duda, se ha optimizado su respuesta. Pero, pese a todo, sigue sin estar a la altura de las cajas de doble embrague que utilizan sus rivales.

Lo que sí me gusta en esta prueba del C 63 AMG es que te permite modificar los modos de conducción, porque por mucho que te guste ir a fondo, no siempre necesitas reacciones fulgurantes, así que agradecerás poder alternar entre las posiciones C para confort, S para Sport, S+ y M (Manual), en las que solo se necesitan 100 milisegundos para pasar de una marcha a la siguiente. Con el modo RS ('Race Start') se logra la máxima aceleración desde parado. Sin embargo, el valor obtenido en la medición de 0 a 100 km/h lo he logrado en S+, ya que en RS pierde demasiada tracción. Muy espectacular, pero poco efectivo.

Me ha encantado la dirección deportiva AMG, que responde de manera fiel y rápida. También los resultados de frenada. Con los discos perforados de 360 mm y pinzas de seis pistones, el Mercedes C 63 AMG se detiene en menos de 35 metros desde una velocidad inicial de 100 km/h. No parece afectarle mucho el hecho de que sea uno de los modelos más pesados de su segmento (1.730 kg). También sorprende que tenga un comportamiento tan ágil pese a su sobrepeso. Se nota que el tren de rodaje deportivo de serie mejora su respuesta. Pero no te confíes, porque hay que gestionar su par (600 Nm) si no quieres provocar que el eje trasero se desmadre en las curvas. Un consejo: a veces ir con una marcha superior es más rápido que apurar el cuentavueltas.

Este Mercedes C 63 AMG es un cochazo, sin duda. ¿Pero a quién va dirigido? ¿Quién necesita una berlina con 457 CV que se pone a 100 km/h en 4,6 segundos? En principio parece un modelo más orientado al mercado alemán y a sus autopistas sin límites de velocidad. Como rivales, el Audi S4 o el BMW M3. Pero, ¿por qué no poder disfrutar en España de una berlina que pese a sus 1.700 kilos de peso se mueve con agilidad y que transmite un sinfín de sensaciones? Claro que sí. Para algunos -pocos- invertir 81.100 euros en esta joya tiene más de premio que de locura.

Si quieres verlo en movimiento, aquí tienes este vídeo:

Valoración

Nota9

Mercedes C 63 AMG es mucho más que una aleatoria combinación de letras y números. Es la mezcla perfecta entre una berlina coupé y un motor de 6,2 litros, aliñados

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