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Prueba del Mazda CX-60 e-Skyactiv PHEV Takumi: con etiqueta 0 y capaz de arrebatar el trono a los premium

Todo el lujo japonés desde 55.819 euros.

La compañía de Hiroshima está decidida a dar el salto al segmento premium. Su primer producto en esa nueva dirección es el de la prueba, el Mazda CX-60, que se enfrenta a rivales consolidados de enorme talla, en todos los sentidos, como es el Audi Q5, el BMW X3 o el Mercedes GLC.

Y la verdad es que la carta de presentación del producto es realmente buena, puesto que presume de una destacada capacidad de carga, materiales de calidad, una amplia variedad de motorizaciones, muchos sistemas de seguridad y ayuda a la conducción y lo que no podía faltar en un Mazda de estos últimos años: diseño que enamora a primera vista.

Exterior e interior

Y es que si hay una marca que ha acertado plenamente con los trazos de su carrocería, esa es la nipona. Desde que presentase su diseño Kodo, sus vehículos han ganado en atractivo. Y en el caso del Mazda CX-60, ese nuevo enfoque más musculado hace que sea una de las virtudes por la que el cliente indeciso pueda decantarse por él.

prueba del Mazda CX-60

De su envoltorio exterior llaman la atención los faros, que están integrados en la parrilla de marco cromado. Una parrilla plana que incorpora el logo de generosas dimensiones de la marca. También su esculpido paragolpes delantero, así como el trasero, con un difusor y una doble salida de escape trapezoidal a cada lado.

Y todo bañado por unos colores realmente acertados como son el clásico 'Soul Red Crystal' o el nuevo 'Rhodium White'.

Abro la puerta, y al cerrarla, el sonido me deja algo frío porque me lo esperaba algo más... ¿premium? Pero esa sensación desaparece de un plumazo al ver su sensacional puesto de mandos. El de la prueba es el Mazda CX-60 e-Skyactiv PHEV Takumi, el más alto de los acabados disponibles y es el que incluye tapicería de cuero Nappa en color blanco, molduras de madera auténtica de arce que están inspiradas en el ‘Hacho’, un concepto estético japonés que explota la asimetría y la irregularidad intencionada; también ­­tela blanca en los pa­ne­les de las puertas, así como de­ta­l­les cro­ma­dos, metálicos de verdad, que brindan una sensación excelente. 

Y para ver el gusto por el detalle de Mazda, solo hay que ver que el sal­pi­ca­de­ro, cuya zona inferior también viene en blan­co, recibe tela con la técnica japonesa de costura ‘Kakenui’, que utiliza costuras colgantes entre los tejidos.

Prueba del Mazda CX-60 e-Skyactiv PHEV Takumi

Por todo ello, pero también por el tacto y los buenos ajustes que tiene, en el habitáculo del CX-60 se respira calidad. También he tenido la oportunidad de probar el Mazda CX-60 e-Skyactiv PHEV Homura, el acabado inferior al Takumi y el que es el más deportivo de la gama, y la calidad es la misma, pero la percepción es mejor en el superior por esos detalles que te acabo de comentar y que marcan la diferencia, no solo en la gama, sino en el segmento.

Lo que traen ambos, bueno, los cuatro acabados -'Prime-line', Exclusive-Line', Homura y Takumi- es la pantalla de 12" del sistema multimedia -compatible con Android Auto y Apple CarPlay (sin cables)- y el cuadro de instrumentos digital de 12,3". Ambos tienen unos gráficos muy claros y un funcionamiento rápido. Eso sí, la del sistema de infoentretenimiento no es táctil con el coche en movimiento y se tiene que utilizar a la antigua, con el mando rotatorio de la consola, algo que a mí, sinceramente, no me importa. Además, no mostrará la colección de huellas dactilares habitual en este tipo de pantallas por la que un forense se volvería loco.

 

Y loco me vuelve su función de ajuste automático del asiento. Bien; desde el menú 'Configuración', en 'Personalización de conductor', selecciono la altura, y de forma automática, los asientos y volante se ajustan a la posición perfecta para mi talla. Pero ahí no queda la cosa, porque una vez guardada, el coche reconoce nuestra cara gracias al reconocimiento facial, y automáticamente modifica el puesto. 

La guinda la ponen los botones físicos para las funciones más importantes: ¡Ojo! Incluso para la climatización y la calefacción de los asientos y del volante. Por cierto, un aro que se calienta solo por los extremos del volante, algo que me ha parecido extraño cuando en el resto de marcas le da temperatura en su totalidad. 

Prueba del Mazda CX-60 e-Skyactiv PHEV Takumi

Continúo la prueba del Mazda CX-60 e-Skyactiv PHEV Takumi desplazándome a los asientos traseros. El gran ángulo de apertura de las puertas facilita el acceso a ellas. Una vez acomodado compruebo que hay bastante espacio para las piernas, aunque más desahogado es el de la cabeza, y eso que la unidad de pruebas equipa techo panorámico de cristal. 

Y hablando de espacio, aunque en este caso del de carga: cubica 570 litros, una excelente cifra gracias a la cual supera a sus rivales premium. Solo es 'vencido' por el SEAT Tarraco PHEV, con 610 litros. Lo que me llama la atención es que a pesar de ser híbrido enchufable no pierde capacidad y tiene la misma que la versión de gasolina y que la de gasóleo -la batería de 17,8 kWh de capacidad está centrada en el piso-.

Además, el maletero trae una cortinilla en lugar de bandeja -la primera vez que lo vi fue en el Lexus UX- que se levanta junto con el portón, por lo que es más fácil colocarlo bultos.

Motor y prestaciones

Como te acabo de comentar, la gama del CX-60 está compuesta por una amplia variedad de opciones: dos diésel de 200 y 254 CV, ambos con pegatina ECO de la de DGT gracias a su sistema de hibridación ligera con una red de 48V; un híbrido enchufable de 328 CV y un gasolina de seis cilindros en línea y 3.0 litros que llegará próximamente (este también con etiqueta ECO).

El que nos ocupa es el PHEV, que supone la primera incursión de Mazda en este mundo enchufado -es su primer modelo en España-.  

El sistema está compuesto por un cuatro cilindros atmosférico de 192 CV, un motor eléctrico de 175 CV y una batería de 17,8 kWh de capacidad, por lo que trabajando en conjunto rinde 328 CV. De transmitir la fuerza al asfalto se encarga nueva caja de cambios automática con un embrague multidisco y 8 velocidades que es suave, aunque algunas veces, muy pocas, da ciertos tirones. Ocurre cuando decelera y va reduciendo marchas, tanto en el modo EV como Híbrido, pero se corrige en el Sport.

Prueba del Mazda CX-60 e-Skyactiv PHEV Takumi

A pesar de sus dos toneladas de peso, el SUV acelera de 0 a 100 en solo 5,8", ¡impresionante! Alcanza los 200 km/h de punta y su consumo medio oficial es de 1,5 l/100 km. 

Como sabrás, ese consumo ponderado varía mucho de sí está la batería cargada o descargada -se recarga en unas 2 horas y 20 minutos en una toma de 7,4 kW-. Con ella a tope, el coche tiene una autonomía eléctrica de hasta 63 kilómetros, con lo que puede moverse con 0 litros o hasta unos 6,0 l/100, dependiendo de la fuerza que exijamos a su mecánica. Sin energía, el consumo puede subir a unos 10 l/100 km.

Existen dos modos de regeneración a los que se accede a través del menú del sistema de infoentretenimiento: uno es muy suave y el otro es bastante intenso, por lo que sí echo en falta alguno intermedio.  

Comportamiento

El CX-60 es un coche grande: mide 4.745 mm de largo, 1.890 mm de ancho y 1.680 mm de alto. Sorprendentemente, por ciudad, teniendo en cuenta su tamaño, se mueve bien gracias a que tiene un radio de giro pequeño, y eso que calza llantas de 20". Por ponerte un ejemplo, mi Ford Fiesta de la generación pasada, con llanta de 18, gira menos. Además, la dirección, que en parado es bastante pesada, es precisa y tiene buen tacto. 

Y teniendo en cuenta que en la báscula suma 2.070 kilogramos, en marcha se nota que es un coche pesadote, aunque con un pisotón al pedal derecho, esa sensación se disipa.  

Prueba del Mazda CX-60 e-Skyactiv PHEV Takumi

No es un coche de corte deportivo, al revés, pero en curva se defiende bien gracias al KPC, el control cinemático de posición. Este se encarga de mejorar el paso por los virajes gracias a que puede frenar ligeramente la rueda interior trasera, con lo que se mejora el balanceo y evita el subviraje. 

Pero a lo que invita el Mazda CX-60 e-Skyactiv PHEV Takumi de la prueba es a una conducción tranquila y sosegada gracias a su excelente calidad de rodadura y a la insonorización del habitáculo.

Precio

El Mazda CX-60 e-Skyactiv PHEV tiene un precio de partida de 48.719 euros con el acabado de acceso, el Prime-Line, pero que incluye llantas de aleación de 18", alarma antirobo con sensor de intrusión, sensor de parking trasero, control de ángulo muerto con detector de tráfico posterior y función de ayuda al salir del habitáculo, retrovisores exteriores eléctricos, auto-plegables y calefactados, faros LED con lavafaros, Apple CarPlay y Android Auto inalámbricos, cuadro de mandos digital y sistema Mazda Con­nect, HMI Com­man­der y 8 al­ta­vo­ces.

 

Con el Takumi, el de la prueba, parte de 55.819 euros, pero incluye elementos como las llantas de aleación de 20", tapicería de cuero blanco nappa con asientos delanteros y traseros con calefacción, delanteros ventilados y reconocimiento facial o volante de cuero calefactado negro con costuras en blanco, entre otros muchos, muchos elementos.

Valoración

Nota8.5

Ponemos a prueba el Mazda CX-60 e-Skyactiv PHEV Takumi, la versión más lujosa que destaca por su habitáculo de calidad. Tiene un precio de partida de 55.819 euros.

Lo mejor

Diseño exterior. Calidad interior. Calidad de rodadura.

Lo peor

Espacio para las rodillas en la segunda fila. 

Etiquetas: SUV híbridos

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