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Jeep Grand Cherokee 3.0 CRD Limited

Nacho de Haro

El nuevo Jeep Grand Cherokee 3.0 CRD es mejor, pero todavía tiene cosas que, en Europa, nos gustan de otra forma. Aun así, el nuevo motor diésel y la capacidad de tracción son sus elementos más destacables.

Es la cuarta generación del Jeep Grand Cherokee y ha mejorado mucho, de eso no cabe duda. Por fuera, la gente se queda mirando y eso es una señal inequívoca de que su exterior es bastante más atractivo que el anterior (vídeo Jeep Grand Cherokee). Por dentro también lo es. Ha subido varios enteros en sus calidades. Porque lo primero que me ha llamado la atención al subirme es la diferencia con respecto al modelo anterior en cuanto a aspecto y calidad percibida. Visualmente todo es mucho más atractivo y con unos ajustes que, por fin han dicho adiós a las amplias holguras del pasado.

En el nuevo Jeep Grand Cherokee 3.0 CRD Limited no necesitas llave para arrancar. Pulso el botón de encendido y me gusta lo que oigo. El típico arranque de motor V6, rápido y sin titubeos. A continuación el silencio. Sí, a pesar de ser un turbodiésel, el sonido y las vibraciones lo asemejan, y mucho, a un motor gasolina. Esa buena sensación se incrementa en marcha. Mantiene su nivel sonoro muy contenido, sea cual sea el rango de revoluciones en el que circula.

Y si quieres fuerza, esta versión de 241 CV (hay otra de 190) del Jeep Grand Cherokee 3.0 CRD te dará la que quieras. Porque, además, su par motor es de nada menos que 550 Nm a sólo 1.800 rpm. Y esto provoca que su respuesta al acelerador sea contundente. Eso sí, tarda algo en reaccionar, condicionado por el resbalamiento de su convertidor de par. Con todo, hacer pasar casi dos toneladas y media desde parado hasta los 100 km/h en menos de 10 segundos, lo que te da una buena idea de su poderío.

Volviendo al cambio, una lástima que sólo tenga cinco relaciones y que su modo secuencial sea horizontal, porque las transiciones no las hace demasiado lentas y suele pensar bastante bien cuál es la marcha ideal en todo momento. La falta de esa sexta relación hace que el consumo no sea todo lo bueno que podría, superando los 10 litros/100 km en cualquier circunstancia y que llega a alcanzar los 15 si eres de esos a los que les gusta darle zapatilla.

El Jeep Grand Cherokee 3.0 CRD no es un vehículo pensado para eso. Principalmente porque tiene dos tremendos talones de Aquiles: la dirección y la suspensión. Y es que ninguno de estos dos elementos se han adaptado al gusto europeo. El primero, con más de 3,5 vueltas de volante y demasiada asistencia, no invita a la confianza cuando tienes que inscribir el Grand Cherokee en una curva. Por lo menos, el ESC no es ni brusco ni muy intrusivo cuando entra en acción, y devuelve las cosas a su sitio con mucha suavidad. Respecto a la suspensión, también se ha dejado al gusto americano: muy blanda, demasiado. Y nos extraña porque la versión de gasolina era mucho más firme y aplomada. Esta amortiguación protege bien a los ocupantes de cualquier irregularidad, pero provoca unas inercias de la carrocería algo mareantes. Y lo que es peor, en fuertes frenadas, el Jeep amorra tanto que alarga demasiado la distancia de parado.

Tampoco me voy a poner tremendista. Los genes camperos del Jeep Grand Cherokee 3.0 CRD te darán muy buenos momentos si te gustan las excursiones al aire libre. Su sistema de tracción Quadra Trac II maximiza siempre el agarre, mandando más fuerza al eje con mejor tracción. Y si la cosa se complica, siempre puedes conectar la reductora que acorta la relación de los engranajes en 2,72:1 y bloquea el envío del par al 50% en cada eje. Con esto, te lo puedo asegurar, podrás subir por sitios inverosímiles.

En el acabado Limited no falta prácticamente de nada. Pero por casi 10.000 euros más, tienes el Overland equipado con suspensión neumática, que puede elevar el coche hasta ¡27 cm del suelo!

El Jeep Grand Cherokee 3.0 CRD quiere rivalizar con los Volkswagen Touareg, BMW X5 o Mercedes ML. Pero me parece algo pretencioso. Este Jeep es bastante mejor que el anterior, sobre todo por su mecánica turbodiésel de 241 CV, pero también es verdad que suspensión, dirección y frenos, deben mejorar para compararse con esos rivales.

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El nuevo Jeep Grand Cherokee 3.0 CRD es mejor, pero todavía tiene cosas que, en Europa, nos gustan de otra forma. Aun así, el nuevo motor diésel y la capacidad de

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