Prueba del Ford Grand Tourneo Connect Active, si quieres espacio, es la mejor solución

A este Ford Tourneo Connect podrías llamarlo de cualquier manera, salvo furgoneta. Quizá hace unos años en la marca se hubieran esforzado por etiquetarlo como monovolumen, aunque sin duda lo más importante aquí no es en qué segmento lo metes, sino su espacio interior. 

Y es que este coche va de esto: de la vida a bordo, de la utilidad en el día a día y, en la versión Active, en proyectar una imagen molona y de aprovechar al máximo sus capacidades si eres de esos que llevan un estilo de vida activo... signifique lo que quiera significar eso.

Así que déjame que empiece desde atrás, por el maletero. Si tienes hijos, estarás de acuerdo conmigo en que un hueco grande es pura felicidad, el verdadero lujo. A lo que cualquier padre o madre puede aspirar. 

El Ford Grand Tourneo saca pecho gracias a su carrocería larga (mide 35 cm más que la versión normal) y a una capacidad brutal gracias a una profundidad, como poco, de 1,37 metros, aunque puede llegar a los 2,06 gracias a que la versión larga mide 35,3 cm más que la estándar.

Probablemente pienses que a este modelo le quedaría de maravilla una versión de siete plazas. Y bingo: la tienes por 1.068 euros extra, aunque el modelo de la prueba, el Ford Grand Tourneo Connect Active, es el de cinco asientos.

La fila trasera disfruta de un acceso muy bueno gracias a la puerta corredera que deja un hueco amplio. A cambio, la ventanilla no baja (abatible por 50 euros), lo que puede molestar a los ocupantes posteriores y empañar un poco la agradable sensación de espacio que hay ahí dentro.

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En cuanto a los asientos, creo que la postura no acaba de ser ideal: o estás muy erguido o estás muy tumbado, aunque eso es mi percepción y va en gustos. 

En marcha me ha gustado mucho. Utiliza la plataforma MQB (sí, la de Volkswagen, porque es un desarrollo alemán; por otro lado, Ford colaboró en la creación del Volkswagen Amarok junto a su Ranger) y ofrece un buen feeling en cualquier tipo de terreno, siempre que no pierdas el foco y te creas que llevas un deportivo. 

En general, ofrece una gran estabilidad lineal y un silencio de marcha muy logrado, lo que te permite meter a toda la familia y tragar kilómetros sin ninguna pega.

Su motor 1.5 de 114 CV se mueve con dignidad, aunque si lo llevas cargado no vas a ir demasiado sobrado de fuerza. Al menos, los desarrollos del cambio tienden a ser algo cortos, lo que le da brío en arrancadas y adelantamientos y no parecen afectar al consumo: en la medición, calcó el valor oficial.