Prueba Fiat Tipo Cross 1.0, cumple en todo

Acostrumbrado en estos tiempos a testar coches con algún tipo de electrificación (bien sea ligera, hibrída o eléctrica pura), afronto la prueba del Fiat Tipo Cross con muchas ganas, ganas de volver a conducir un coche de combustión y las sensaciones que eso implica y que a mí particularmente me siguen encantando.

Sensaciones como, por ejemplo, meter la llave y girar el contacto para arrancar. Nada de botones y mando en el bolsillo, la marcha se inicia como toda la vida. Pero antes de empezar, déjame que te cuente cuáles son las diferencias del Tipo Cross frente al Fiat Tipo. 

Como el nombre indica tiene un aire más campero, no a base de montar un sistema de tracción integral; sí gracias a aditamentos externos como la parrilla delantera exclusiva o las barras de techo y, sobre todo, gracias a una altura de la carrocería que eleva en cuatro centímetros. 

Son pequeños matices que le dan al modelo de Fiat una apariencia atractiva. Y el diseño sigue siendo uno de los principales motivos de compra, por lo que esa batalla la tiene ganada gracias a una estética que llama la atención entre su competencia.

Así es por dentro este Fiat Tipo Cross

Por dentro, ni engaña ni defrauda. Los materiales son correctos sin alardes, igual que los ajustes. El cuadro de relojes recoge las informaciones y permite verlas de un vistazo: es tan eficiente como poco original. Mejor resuelta está la consola central, con una gran pantalla multifución que se convierte en su principal guiño a la digitalización.

Comienzo la prueba dinámica desde un volante un pelín grande, para explorar las posibilidades de su motor 1.0, una muestra más del fenómeno dowsizing. Rinde 100 caballos y es la única opción gasolina disponible, con unas emisiones declaradas de 121 g/km. Dos características marcan su rendimiento: se asocia a un cambio manual de cinco velocidades con tres primeras relaciones cortas y su par máximo de 190 Nm se entrega a 1.500 vueltas.

Eso convierte al Tipo Cross en un coche muy vivo en ciudad, con mucha alegría en la salida de semáforos y el callejeo. Luego, al tomar autovías, entran en juego la cuarta y la quinta, una quinta demasiado larga que te hace pensar que hubiera sido mejor montar un cambio de seis velocidades para tener más brío en carreteras convencionales.

Bien insonorizado para su categoría (aunque llegan demasiadas vibraciones al volante y la palanca por encima de 2.000 vueltas), este italiano es sobre todo cómodo. Confortable con una suspensión blanda, pensada para largos viajes más que para alegrías en curvas. 

En esos tramos virados esos reglajes, unidos a que el centro de gravedad del Tipo Cross es más elevado, provocan balanceos de la carrocería. Me ha gustado la dirección, firme y que transmite siempre sensación de control sobre lo que pasa bajo las ruedas.

Relación precio/equipamiento, una de sus virtudes

Y me gusta también su relación calidad/precio/equipamiento, porque por este Tipo Cross 1.0 Fiat pide poco más de 24.000 euros. Una cifra que puede bajar gracias a los descuentos y campañas de la marca, algo que debes tener en cuenta.

Puede parecer mucho a priori, pero por un modelo compacto con mucho espacio por dentro, 440 litros de maletero y un equipamiento sobresaliente (incluye llantas de aleación de 17 pulgadas, climatizador automático, control de crucero, corrección automática de cambio de carril,  sensor de parking, faros full LED....) me parece una tarifa muy justa.