Prueba del Citroën C4 Cactus con motor PureTech de 82 CV

Antes de comenzar con la prueba del Citroën C4 Cactus PureTech 82, hay que decir que el crossover francés es un coche que llama la atención y que está disponible por un precio bastante razonable. De hecho, esta versión tricilíndrica de 82 CV se posiciona como la más económica de toda la gama C4 Cactus. Pero eso no quiere decir que de sensación de ser un coche barato y mal terminado. Cuando paso al interior compruebo que está bien trabajado en lo referido a acabados y materiales. Incluso cuenta con piezas revestidas en cuero, como las que encuentro en la palanca de cambios, el volante y los paneles de las puertas. Lo único que delata que voy sentado en un coche de precio tan accesible es la tela de los asientos. Eso sí, desde la posición del conductor se agradece encontrar tantos huecos portaobjetos al alcance de la mano.

La postura de conducción es buena y no se ve penalizada por el hecho de que el volante no se pueda regular en altura. Los asientos delanteros son muy anchos y cómodos, puede que un poco blandos, pero cuentan con unos pétalos laterales que impiden que te muevas en las curvas. Si pasas a la segunda fila de asientos veras que lo recomendable es que solo sea ocupada por dos pasajeros, porque la plaza central es bastante estrecha. Y ya que estoy valorando la habitabilidad del C4 Cactus, hay que aclarar que la sensación de desahogo que ofrece no es muy grande. No por espacio, porque el hueco disponible para las piernas y la cabeza está bastante bien, sino porque cuenta con lunetas tintadas en las ventanillas posteriores y eso resta mucha claridad. Además, los cristales traseros solo se abren en forma de compás. Una solución sencilla y económica, pero que prácticamente ya solo se utiliza en vehículos comerciales y debería quedar atrás para un turismo.

Tiene una capacidad de maletero de 358 litros, así que se coloca ligeramente por encima de la media respecto al resto de su competencia. Lo único malo es que el borde de carga queda demasiado alto y hay un escalón hasta el fondo demasiado profundo. Un punto, sin duda, a mejorar.

El Cactus es un coche de exterior atractivo y sus llamativos Airbumps laterales me parecen más efectistas que prácticos. Pero, sin duda, le aportan un toque diferenciador que no todos los utilitarios logran. Así que lo anoto como punto a su favor.

Otro detalle que no me ha gustado es su mala visibilidad hacia atrás, ya que cuenta con una luneta trasera estrecha y unos pilares posteriores muy anchos que dificuktan la visión perimétrica. ¿En qué momento lo vas a notar especialmente? Al salir de una aparcamiento en línea o en las incorporaciones.

Al volante de esta versión de tres cilindros y solo 82 CV me sorprende encontrar más brío y empuje de lo que esperaba. Debo reconocer que me ha sorprendido. Antes de arrancarlo confiaba en descubrir un coche ruidoso y que mostrara cierta flojera fuera de la ciudad. Pero el C4 Cactus PureTech 82 ha demostrado justo lo contrario. Ni vibra ni suena en exceso y se muestra bastante enérgico. Esto es algo que notas cuando afrontas una larga subida y ves cómo el propulsor no cae de vueltas. Así que no hace falta andar jugando con el cambio manual de cinco velocidades para que mantenga su brío natural.

En el apartado dinámico cabe destacar que se trata de un coche ágil en ciudad y cuya suspensión, aunque principalmente confortable, mantiene el tipo en carreteras secundarias con giros enlazados.

Conclusión:

Si estás pensando en cambiar de coche, seguramente estés barajando un SUV como una de tus alternativas. El C4 Cactus no responde exactamente a ese patrón, pero tiene cierto aire crossover y una posición de conducción más elevada. Además, te puede encajar si tu presupuesto es ajustado. En concreto esta versión PureTech de 82 CV se posiciona como una alternativa muy apetecible en lo económico.