Prueba del BMW X3 M: en el Olimpo de los Dioses

En 2018 se vendieron más de 100.000 BMW M’s en todo el mundo, 879 de ellos en España. Para este año, estas ventas están subiendo cerca de un 20%, por lo que la marca alemana se ha decidido a lanzar al mercado el BMW X3 M y el BMW X3 M Competition. Y es que hay otro dato que ha animado a los responsables alemanes… de todos los M vendidos, los de la familia X, representan un 60%.

Estética diferenciada, pero no mucho

Estéticamente, el BMW X3 M se distingue de su hermano ‘menos aventajado’ en una serie de aditamentos estéticos dirigidos a aumentar la refrigeración y mejorar la aerodinámica. Y las versiones Competition aportan además otros detalles como la carcasa negra de los retrovisores, branquias M o alerón trasero de fibra de carbono entre otros.

En su interior destacan, por encima de todo, los asientos deportivos M Sport que no solo son espectaculares a la vista, sino también… al cuerpo, porque te acogerán como un verdadero guante y no te dejarán moverte mucho de lado a lado cuando te dé por afrontar virajes a una velocidad endiablada… que te dará, ya te lo digo yo. También añaden placas específicas en los umbrales de las puertas y el emblema del modelo en la consola centra. El Competition añade una tapicería especial en cuero bicolor con aplicaciones de Alcántara.

Entre los elementos de serie en los BMW X3 M y su versión Competition, están los faros LED, el sistema de audio de alta fidelidad y el paquete ConnectedDrive navegación, que incluye el sistema Navegación Profesional. Ya en opción podrás elegir entre varios sistemas avanzados de asistencia a la conducción y, por supuesto, optar por los servicios digitales de BMW Connected y BMW ConnectedDrive. 

Motor estratosférico

El principal elemento de este SUV deportivo está, por supuesto, bajo el capó. Ahí se esconde el motor de gasolina y seis cilindros en línea más potente nunca montado en un BMW M. Cilindrada de tres litros, dos turbos, 480 CV (510 para el BMW X3 M Competition) y 600 Nm, con un corte de encendido situado a nada menos que 7.200 rpm. Con estas cifras, los datos de aceleración también quitan el hipo: 4,1 segundos en el 0 a 100 km/h para la versión Competition y 4,2 para el BMW X3 M ‘normal’. La velocidad máxima está limitada electrónicamente a los 250 km/h. Pero, si se pide el M Driver’s Pack opcional, este límite sube a 280 km/h, 285 km/h en el caso de los modelos Competition. 

Esta mecánica se combina con una caja de cambios M Steptronic por convertidor de par y ocho marchas con control Drivelogic que aumenta o disminuye la rapidez al cambiar en tres niveles. Y en cuanto a su tracción, este nuevo BMW X3 M emplea el nuevo sistema M xDrive, estrenado en el BMW M5, que ofrece dos modos de conducción, AWD y AWD Sport, dando predominio al eje trasero en el reparto de par.

Su chasis se ha reforzado respecto al BMW X3, exhibiendo ahora, por ejemplo, barras de torretas y diversos refuerzos inferiores para incrementar su resistencia estructural. Por supuesto, cuenta con tres modos de conducción: Comfort, Sport y Sport+, que regulan parámetros del motor, transmisión y dirección y que son los mismos en los que puedes elegir la asistencia de su dirección específica M. Respecto a los frenos, cuentan con una potencia inusitada para parar este vehículo y van a alojados en unas llantas que, de serie, serán de 20 pulgadas (21 en el BMW X3 Competition).

En su interior y sobresaliendo del volante, tienes dos botones rojos, M1 y M2, que son dos configuraciones completas diferentes que puedes preseleccionar y grabar a tu gusto y ejecutar al pulsar cualquiera de ellos.

Al volante

He podido pilotar, perdón, conducir, el nuevo BMW X3 M por carreteras cercanas a Madrid, por la sierra, con carreteras muy reviradas y, la verdad es que, aunque han sido muy pocos kilómetros, ya he podido darme cuenta del potencial de este coche. 

No es solo que el motor impresione y parezca que nunca va a terminar de empujar, como un demonio además, sino que lo plano que vira con buen asfalto y lo impasible que se muestra la carrocería, invita a rodar a una velocidad muy considerable. La suspensión, como no puede ser de otra forma en este SUV no está hecha para agradar al pasaje, está hecha para sujetar su carrocería y para eso debe ser firme, mucho. Tanto que mejor que no pases por zonas muy bacheadas…

La dirección transmite perfectamente lo que pasa bajo las ruedas, exceptuando si realizas una fuerte aceleración en marchas cortas, momento en el que puede aparecer cierta flotabilidad, normal por la cantidad de caballos que ofrece su mecánica. Respecto a los frenos, están a la altura del resto y te harán creer que llevas, casi, un turismo deportivo ya que puedes apurar hasta el final una y otra vez sin mostrar el mínimo atisbo de desfallecimiento. Un chasis sobresaliente.

La caja de cambios ZF acompaña al conjunto y mucho más con la posibilidad de elegir la velocidad del cambio en tres niveles. Para una conducción rápida, el modo más deportivo resulta idóneo para la situación y no tendrás la más mínima queja de sus tiempos en cambiar ya sea acelerando o en reducciones, donde además, y si lo haces con las levas dispuestas al efecto tras el volante, escucharás y sentirás perfectamente como realiza de forma automática la maniobra del punta-tacón que le imprime un carácter todavía más deportivo.

Precios

Claro que todas estas bondades dinámicas y deportivas tienen un precio que, por otra parte, no me parece descabellado para todo lo que se ofrece a cambio y que has podido leer en todo este artículo. El BMW X3 M tiene un precio de 109.900 euros, 10.000 más, es decir, 119.900 para la versión todavía más radical y denominada BMW X3 M Competition.