Prueba del Audi e-tron Sportback 55 quattro: el SUV coupé va en serio

El coche de esta prueba, el Audi e-tron Sportback 55 quattro, es una verdadera paradoja. Por un lado, lo veo como un SUV poderoso, tremendamente rápido y potente. También caro, por supuesto, y de alguna manera bastante extrovertido. ¿Modesto? Mira las fotos del coche en Rojo Valencia de más abajo con acabado Black Line y me cuentas. 

Por otro lado, es un coche 'verde'. Sí, verde una vez que has fabricado las baterías con materiales que bla, bla, bla. El caso es que cuanto te mueves, lo haces sin soltar ni un solo gramo de C2, y además en absoluto silencio (si acaso, un ligero silbido del motor eléctrico) y puedes acceder al centro de las ciudades con la conciencia tranquila.

Y luego tampoco hay que olvidar algo que acaba por enganchar a los que alguna vez hemos utilizado un coche eléctrico como herramienta para ir de A a B: es la cosa más fácil de utilizar del mundo. Un bloque de hierro envuelto con alambre de cobre funciona como motor, la energía para esto proviene de un enchufe a través de una batería.

Para ser honestos, hay que admitir que este Audi probablemente tenga la forma más compleja de conducir en eléctrico. Por ejemplo, una batería de 432 celdas con una capacidad teórica de 95 kWh se distribuyen de manera plana en los ‘bajos’ del automóvil (y permiten un reparto de pesos de casi 50%), hasta 396 voltios alimentan a los dos motores eléctricos y puede recuperar tanta energía (un 30% más que en el e-Tron) que puede incluso llegar detener a este pesado SUV.

Dependiendo de la carga y la velocidad, los motores trabajan juntos en una red inteligente que manda la potencia a las cuatro ruedas a través de una caja de cambios con un engranaje planetario; con todo, este bólido eléctrico puede alcanzar los 200 km/h. Para que esta compleja sopa de electrones no hierva, casi 20 litros de líquido enfrían el sistema. Al final, la diversión eléctrica debería durar "hasta 436 kilómetros", según la marca. Así que hay mucho en el Audi e-tron 55 Sportback. ¿Puede ir bien? Veamos

De primeras, puedo que la prueba del e-Tron 55 Sportback ha arrojado un resultado positivo. Claro, este coche es una bestia parda gracias a su potencia de 408 CV (en realidad, 360 CV y 561 Nm, pero cuando activas el modo S y pisas aa fondo, recibes ese chorro de caballos... y 660 Nm).

Cuando pisas el acelerador vuela casi en silencio, sin esfuerzo. Gracias a su masa equilibrada y su bajo centro de gravedad, es inesperadamente estable y neutral, es muy cómodo gracias a su suspensión neumática, y su suave dirección resulta irresistible. Por ahora, va bien la cosa.

En el e-Tron no todo es de color de rosa

Comencemos con la autonomía. Incluyendo tramos rápidos en autopista y tráfico urbano, si no te moderas con el acelerador puedes ver cómo bajan los kilómetros de manera dramática, lo que puede llegar a pasar factura en un día ajetreado. Como en cualquier eléctrico, a las baterías no les gusta la velocidad, y las irresistibles maniobras de aceleración dado su empuje también ralentizan su rendimiento.

En unas mediciones hechas por nuestros compañeros de la edición alemana, en un cero a 200 km/h le quitas al sistema casi diez kilómetros y si le exiges para que demuestre su verdadero rendimiento y a menudo recurres a su potencia máxima circulando por encima de los 160 km/h, el Audi e-tron Sportback puede quedarse seco después de solo 150 kilómetros. Aquí no debería preocuparnos, puesto que en España a 120 hay que levantar el pie derecho, pero seguro que coges la idea.

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En cualquier caso, tenemos que poner los datos de rendimiento de Audi en perspectiva. Por ejemplo, los 408 CV, poderosos y atractivos, solo duran alrededor de ocho segundos. El consuelo: la comodidad del asiento es excelente y el nivel de seguridad es enormemente alto.

En cuanto al manejo, a pesar de contar con pantallas táctiles para todo, es hasta satisfactorio: pulsadores grandes, menús bien ordenaos (aunque hay un buen puñado de ellos) y hasta una pantalla exclusiva para el climatizador de la que siempre tengo la sensación de que está un tanto desaprovechada.

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Pero ya que hablo de pantallas, hay dos que me sobran de verdad: las de los retrovisores virtuales. Cuestan casi 2.000 euros adicionales y creo que no merecen la pena. La perspectiva fija confunde, requiere cierto tiempo para acostumbrarse a la disposición de las pantallas bajo la ventana, y los ajustes para aumentar o reducir la imagen es un engorro. Los espejos ‘viejos’ serían una mejor opción en este nuevo Audi, por mucho que mejoren la aerodinámica y por lo tanto la autonomía.

Conclusión tras la prueba del Audi e-tron Sportback 55 quattro

El buque insignia eléctrico de Audi funciona muy bien. Porque es rápido, potente y lujoso. Pero la autonomía dependerá, como siempre, del estilo de conducción. Por su parte, la avalancha de tecnología es bastante cara.

Creo que es un coche ideal para utilizarlo de medio de transporte ¿ecológico?, una especie de seña de identidad de estatus y conciencia medioambiental que además te garantiza el acceso a las grandes ciudades en episodios de restricciones por contaminación, pero siempre teniendo en cuenta que no es un eléctrico precisamente barato. Ni siquiera relativamente accesible: si decides pasar un ratito en su configurador online, puedes acercarte a precios sencillamente mareantes...