La Ferrari è tornata!

"No firmamos ser segundos". Mattia Binotto tenía claro, antes del Gran Premio de Bahréin, que no ganar la primera carrera del Mundial de F1 2022, sería un fracaso. El italosuizo puso las expectativas por los cielos sin temor, y a sabiendas de que tan grande sería el titular que se dedicaba a sus palabras como lo podría ser el que le criticara si el resultado no era el esperado.

Binotto, director técnico y también 'team principal', se ha criado y crecido profesionalmente en la Scuderia; entró en el equipo en 1995 como ingeniero de motores del equipo de test, coincidiendo con la llegada de Michael Schumacher a la Scuderia, y luego se incorporó al equipo de carreras. Sabe que ganar no es una opción, sino un deber.

Binotto vivió desde dentro la larga travesía en el desierto de Ferrari entre 1979 y el 2000, veinte años sin títulos, y ahora tiene la misión de poner fin a otro camino de sequía que ya dura trece temporadas. Bajo su dirección se ha reformado el equipo y se han tomado decisiones muy criticadas, entre ellas dejar escapar a un campeón como Vettel para fichar a un joven Carlos Sainz.

Desde 2019, Ferrari ha ido colocando las piezas que consideraba esenciales para volver a luchar por la victoria. Si a su motor le faltaban caballos, durante el último año de desarrollo, se los han dado. Si a su monoplaza le faltaba innovación y ser pioneros por primera vez en décadas, lo han hecho, confiando en el equipo 'de casa', sin fichar a aquellos que han hecho grandes otros equipos.

Era un todo o nada, pero esta vez Ferrari no ha querido ir a rebufo de nadie, copiando las soluciones que ya funcionaban en otros coches, como sucedía al principio de la década pasada. Esta vez el punto de partida ha sido diferente, y el resultado (por el momento) no ha podido ser mejor.

Clasificación Mundial F1 2022, Pilotos y Constructores

"Estoy feliz, después de dos años muy duros, por fin ha llegado la oportunidad. Hemos creado un coche fantástico que nos ha mantenido en cabeza todo el fin de semana", dijo Leclerc al final del Gran Premio, después de lograr la 'pole position', la vuelta rápida y la victoria. Segundo acabó Carlos Sainz, no del todo satisfecho, "me faltaban un par de décimas", dijo. Y aún así, estaba arriba.

Tan autocrítico fue, que hasta Martin Brundle le dijo en las entrevistas del podio que estaba siendo muy duro consigo mismo. Porque tanto él como nosotros sabemos que un mal fin de semana de un piloto cuando su compañero gana es estar, como mínimo, fuera del podio. Lo hemos visto otros años con Valtteri Bottas o Sergio Pérez, pero Carlos sí que arañó un buen resultado.

El madrileño, en un fin de semana que realmente esté cómodo, puede batir a Leclerc. Ya lo hizo en el campeonato el año pasado. Charles puede ser un gran talento (algunos lo comparan incluso con Gilles Villeneuve), de eso no hay duda, pero hay veces donde ha pecado de falta de paciencia e incluso ha cometido errores difíciles de explicar. 

Carlos es tenaz, inteligente y muy paciente; comete errores, a veces no tiene buenas carreras, pero su casillero acaba el año lleno de puntos y de grandes actuaciones. Sus tres últimas temporadas han sido brillantes, y no hay razones para pensar que esta no lo será. Quien le comparó con Barrichello o Massa, estaba muy equivocado.

La última vez que el equipo Ferrari logró un doblete en la primera cita del Mundial fue en el GP de Bahréin de 2010. La victoria fue para Fernando Alonso, seguido de Felipe Massa. Había ilusión. Un español ganaba con Ferrari, pero también había algo que no queríamos saber: el Red Bull de Vettel era mejor y aquella carrera, sin el abandono del alemán, no se habría ganado.

2022 es otra historia. Ferrari ahora sí que tiene potencial, Red Bull también pero le falta fiabilidad, y Mercedes estará en la lucha antes o después. Roma no se hizo en un día, ni tampoco el Mundial de F1 se ganará en la primera carrera. 

Como dijo Sainz a la tele italiana tras celebrar su podio, "la Ferrari è tornata (Ferrari ha vuelto)", y por primera vez en mucho tiempo, hasta el mismísimo Enzo estaría orgulloso.