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ANÁLISIS: La silenciosa llegada de coches chinos a Europa

El proceso de electrificación forzosa en la UE propicia la entrada de fabricantes de China

Los coches chinos llegan a Europa. Realmente tampoco es una noticia nueva. De hecho, MG ya lleva operando en Europa y también en España, desde principios de este año. En una jugada brillante, el gigante automovilístico SAIC aprovechó la imagen y la marca del otrora fabricante británico Morris Garages para introducirse en el Viejo Continente con una gama de coches eléctricos que irá a más paulatinamente.

Los fabricantes chinos, como en su momento hicieron japoneses y posteriormente coreanos, primero han copiado, luego han mejorado y ahora incluso se pueden dar el lujo de dar lecciones a las marcas europeas. Y es que el proceso de electrificación forzosa en el que se halla inmersa en la Unión Europea para reducir el calentamiento global y el cambio climático ha propiciado que las marcas chinas jueguen con holgada ventaja.

Durante años los coches chinos lo tenían harto complicado en poder introducirse en Europa: los exigentes estándares de seguridad y de emisiones impedían que los fabricantes del gigante asiático pudieran homologar sus coches para poder ser comercializados en el Viejo Continente.

Aún recuerdo perfectamente los desastrosos resultados que obtuvo Great Wall (Gran Muralla, nombre muy poético y toda una ironía) en el año 2005 en los tests Euro NCAP, en los que el modelo chino quedaba hecho añicos tras chocan contra el muro de la prueba frontolateral. Incluso recientemente el Great Wall Steed obtuvo la friolera de 0 estrellas

El coche chino Great Wall Steed obtuvo cero estrellas en los test de seguridad Euro NCAP
El coche chino Great Wall Steed obtuvo cero estrellas en los test de seguridad Euro NCAP

Pero, como decía al principio, los chinos han mejorado y ahora incluso llegan dispuestos a todo. Llevan décadas de ventaja en cuanto a la electrificación se refiere. No hay que olvidar que en el año 2015 China presentó su plan quinquenal 'Made in China 2025', que pretendía que "China deje de ser la 'fábrica del mundo' (que produce bienes baratos y de baja calidad debido a los menores costos de la mano de obra y a las ventajas de la cadena de suministro) y pasar a producir productos y servicios de mayor valor, como los aeroespaciales y los semiconductores, y lograr la independencia de los proveedores extranjeros para esos productos y servicios" [fuente Wikipedia e ICEX].

En este sentido, los objetivos del plan quinquenal 'Made in China 2025' incluían el aumento del contenido nacional chino de los materiales básicos hasta el 40% en 2020 y el 70% en 2025. Para ello 'Made in China 2025' se basaba en el desarrollo de campos de alta tecnología, como la industria farmacéutica, la industria automovilística, la industria aeroespacial, los chips semiconductores, la informática y la robótica, etc., que actualmente son la gran competencia de las empresas extranjeras.

A principios de 2021, China ha aprobado su 14º Plan Quinquenal cuyo eje principal es "es lograr que China se afiance como potencia mundial mediante un modelo de crecimiento sostenible e innovador que conduzca a la 'modernización de la economía socialista' en 2035" [fuente ICEX].

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Pues bien, los dos últimos planes quinquenales –que, a diferencia de lo que ocurre en países como España, se cumplen o se cumplen, el sector del automóvil y concretamente la electrificación y la producción de baterías jugaban un papel primordial.

De ahí que China lleva más de una década comprando terrenos en África y Sudamérica para asegurarse el suministro de litio, cobalto y tierras raras, con las que se producen las baterías. Y en paralelo, mientras en Europa seguíamos poniendo el foco en los motores de combustión interna, en China iban lanzando coches eléctricos, mejorándolos y, sobre todo, adquiriendo experiencia.

Lo comprobé en el Salón de Shanghai 2019, de donde llegué literalmente abrumado por el nivel de calidad y buen aspecto de los coches chinos allí expuestos. Y ahora, recién llegado del Salón de Múnich 2021, no puedo más que confirmar cómo el plan quinquenal va tomando forma.

Y es que en el IAA Mobility Munich 2021, se han presentado dos marcas chinas, ambas del gigante Great Wall: WEY y ORA. La primera es una marca de lujo y el primer modelo introducido es el WEY Coffee 01.

Así es el WEY Coffee 01.
Así es el WEY Coffee 01.

Se trata de un SUV híbrido enchufable de 350 kW (476 CV) y 150 km de autonomía eléctrica, que mide 4,87 metros de largo, por 1,96 m de ancho y 1,70 m de alto. Este SUV híbrido enchufable, que combina un motor gasolina de 2,0 litros con dos motores eléctricos (uno por eje, lo que lo convierte en tracción integral), destaca por su atractivo diseño, formas proporcionadas y un aspecto general que no tiene nada que envidiar a un coche europeo.

El WEY Coffee 01, que llegará a Alemania en 2022 y luego proseguirá su expansión por Europa incluida España, cuenta, además, con un interior moderno y, cómo no, con una gran pantalla táctil –con Apple Car Play y Android Auto, e incluso reconocimiento facial–, para hacer las delicias de los amantes de la tecnología. 

Interior del WEY Coffee 01.
Interior del WEY Coffee 01.

El otro modelo presentado es el ORA Cat, que aunque pueda parecerlo no tiene nada que ver con Cataluña. El ORA Cat, también perteneciente a Great Wall y que replicará la estrategia del WEY Coffee 01 para introducirse en Europa, tiene un aspecto retro, con un frontal que recuerda mucho al Porsche 911.

Con unas dimensiones de 4.235 mm de largo y 1.825 mm de ancho, el ORA Cat es un coche eléctrico que anuncia una autonomía de unos 400 kilómetros (ciclo NEDC) gracias a su batería de 63 kWh. El ORA Cat monta un motor eléctrico de 170 CV y 250 Nm, con el que alcanza los 100 km/h en 8,5 segundos.

ORA Cat en versión GT.
ORA Cat en versión GT.

Su interior es sencillo, moderno, aunque después de montarme en una unidad en el Salón de Múnich 2021, noté ciertos plasticorros de calidad difusa. Aun así, se habla que el ORA Cat podría situarse incluso por debajo del Volkswagen ID Life. (futuro VW ID.2, cuyo precio, con ayudas, estaría por debajo de los 20.000 euros).

No te pierdas el Especial Salón de Múnich 2021

Y ahí no quedó la cosa, porque en el Salón de Múnich también estuvo presente el fabricante chino Xpeng, que ya se ha puesto a la venta en Noruega y en breve seguirá el camino de las marcas de Great Wall. Mostró su gama y modelos tan atractivos como el P7.

El coche chino Xpeng P7.
El coche chino Xpeng P7.

Y esto no es más que el principio, porque China lleva más de una década de ventaja en cuanto a experiencia con motores eléctricos y baterías –además de controlar la producción– y no hay que olvidar que la mano de obra allí es más barata y que la conquista del liderazgo mundial en el sector del automóvil forma parte del 14º Plan Quinquenal del Gobierno de China. Ahí es nada...

Como suele ser habitual con todo lo relacionado con China, de forma silenciosa, sin armar ruido y con una bonita sonrisa, los fabricantes de coches chinos han comenzado la conquista. No hay que rasgarse las vestiduras; la competencia es buena para el cliente final. Ahora, eso sí, Europa debe pisar aún más el acelerador si no quiere perder el tren de la electrificación. Nos jugamos mucho, todos.

Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no tienen por qué coincidir necesaria o exactamente con la posición de Axel Springer o Auto Bild España.

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