Este Volkswagen Beetle clásico es más grande que un Hummer

Si nos ponemos a pensar en calificativos para el Volkswagen Beetle original rápidamente se vienen a la cabeza adjetivos como clásico, icónico, bonito, amigable o hasta ‘cuqui’. Sin embargo, lo que no se le ocurriría decir a nadie es que es un coche grande… hasta ahora: una pareja formada por padre e hijo han creado un ejemplar que es, sencillamente, enorme.

Su objetivo estaba muy claro: dejar de tener la sensación, mientras que lo conducían por las carreteras estadounidenses (donde los vehículos no son precisamente compactos), de que en cualquier momento iban a ser aplastados por otro coche.

La increíble historia del VW Beetle

Con la meta en mente optaron por una solución “fácil”: hacer un a réplica de mayor tamaño, concretamente con unas dimensiones un 50% mayores que las del original. Sin embargo, mientras estudiaban la viabilidad del proyecto se encontraron con un impedimento: con ese tamaño no sería legal conducirlo por la calle.

Esto no supuso más que un pequeño cambio de planes que les llevó a reducir la escala a “solo” un 40% más grande del modelo original. Para ello, digitalizaron el automóvil pieza por pieza, para luego poder fabricarlas a un tamaño mayor.

Ahora bien, con el cambio de dimensiones no podían crear su obra sobre la plataforma del Beetle, así que se decantaron por la de una camioneta Dodge que, además, suministro también su motor 5.7 V8 y su caja de cambios automática. Este detalle no casaba con la transmisión manual del Escarabajo, así que colocaron una palanca de cambios que no tiene marchas, pero lo simula, un pedalier con embrague que, en realidad, es un freno.

No es el único truco que esconde este Volkswagen Beetle enorme: los elevalunas son eléctricos pero están escondidos, el cuadro de mandos del Dodge está oculto tras el salpicadero, la dirección es asistida, los asientos están calefactados y ventilados, etc.