URB-X revoluciona las ciudades con su propuesta de autopistas flotantes para ahorrar espacio

En los últimos años, se ha producido una auténtica revolución en la forma de desplazarnos por las ciudades, gracias al auge de los llamados vehículos de movilidad personal (VMP). Pero no siempre la convivencia entre estos y los automóviles es “pacífica”. Una empresa suiza, URB-X, podría haber encontrado la solución con su propuesta de autopistas flotantes.

Está claro que, para que puedan circular las bicicletas o los patinetes eléctricos, hay que quitar parte del espacio que antes estaba reservado para los vehículos a motor, lo cual ha provocado protestas por parte de automovilistas en algunas ciudades europeas, arguyendo que la instalación de carriles bici provoca más congestión y atascos.

Pero URB-X ha encontrado una solución a este problema. La startup suiza ha creado una manera para que las bicicletas y los patinetes eléctricos puedan compartir el mismo espacio con los vehículos a motor, pero sin interacción directa entre ellos. 

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URB-X revoluciona las ciudades con su propuesta de autopistas flotantes para ahorrar espacio

La propuesta de URB-X consiste en la construcción de autopistas flotantes sobre las calles, modulares y versátiles. Estas Bike Highways, como las llama la empresa suiza, estarían colocadas sobre las aceras o la propia calzada. 

Contrariamente a lo que pueda parecer, la construcción de estos carriles bici flotantes es bastante sencilla: se construye sobre pilotes, parecido al método utilizado en los Países Bajos para los carriles bici sobre carreteras, ríos y otros obstáculos naturales. 

Las autopistas flotantes son modulares, es decir, se componen de varias piezas unidas por rieles de 20 metros de largo cada uno, lo que facilita su montaje. 

Autopistas flotantes y sostenibles

Aparentemente, las autopistas flotantes de URB-X mejoraría la convivencia entre automovilistas y usuarios de VMP, pero la idea va más allá, añadiendo más funcionalidades, como calefactores para impedir la acumulación de nieve y hielo, iluminación e, incluso, paneles solares para producir energía.

Las Bike Highways de URB-X también admiten la instalación de elementos para regular el tráfico, como semáforos y señales, así como un techo verde. Actualmente, la empresa está construyendo una pista de pruebas de casi 200 metros en Basilea y una de las primeras que construirá será en Stuttgart.

Según la startup, el coste estimado de la autopista flotante es de unos dos millones de euros por kilómetro, a lo que habría que sumar entre 300.000 y 500.000 euros de la estructura de soporte y otros costes adicionales, como sampas de ascenso y descenso.