Tres razones por las que el motor INNengine puede triunfar y una por la que no

INNengine es un producto patrio que tiene como objetivo revolucionar el mundo del automóvil: propone un motor térmico de tamaño reducido, muy eficiente y capaz de generar una potencia específica. De hacerse realidad podría suponer la supervivencia del motor de combustión interna, pero hay tres razones para que triunfe y una para que no.

Pequeño, ligero y sencillo

Simplemente, a nivel de ingeniería es un diseño realmente bueno. Toma el principio de un motor de pistones opuestos en el que estos operan en un mismo cilindro, pero lo mejora creando una leva giratoria en la que se apoyan las bielas, transformando el movimiento axial en uno circular.

Traducido al cristiano, esto significa que ha simplificado todavía más la fórmula original, consiguiendo potenciar las ventajas del formato: ocupa muy poco espacio, no genera apenas vibraciones y es capaz de desarrollar una potencia específica muy alta, puesto que con un desplazamiento menor iguala el rendimiento de bloques con un mayor cubicaje.

Por establecer una comparación, respecto a un motor de cuatro tiempos estándar, es un 55% más pequeño y un 70% más ligero. Actualmente ya se ha desarrollado una versión de 43 kilos, pero el objetivo es crear uno de 35. Esto supone un ahorro de peso importante que ayuda también a mejorar la eficiencia.

Multicombustible

El e-REX (que es como se llama el motor), es un bloque muy versátil y con muchas aplicaciones, y gran parte de la “culpa” de ello es el hecho de que es compatible con una gran variedad de combustibles.

Lo consigue gracias a su relación de compresión variable, por lo que además de con las gasolina o el diésel, podría adaptarse al uso de combustibles alternativos que no tienen tanto alcance bien por su escasez, bien por una infraestructura de abastecimiento insuficiente.

Extensor de autonomía

Aunque por sí solo ya es un motor prometedor, donde de verdad tiene mercado es en el mundo de los coches eléctricos hacia el que parece que avanzamos inexorablemente. 

Por sus características, uno de los roles que mejor se le ajustan es formando parte de un sistema eléctrico de autonomía extendida (REX), en el que actuaría de generador para alimentar la batería del mismo con energía que luego utilizaría el motor eléctrico principal para ser el que se encarga de mover las ruedas.

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Este tipo de configuración reúne los mayores beneficios de ambas tipologías: usa combustible, por lo que la recarga no es un problema, pero gasta muy poco ya que su función es auxiliar; además, las sensaciones del automóvil (respuesta inmediata, fuerza en cualquier “régimen”, etc.) son las propias de un cero emisiones.

Europa ha dicho no a la combustión

El principal escollo para que el motor INNengine triunfe se encuentra en casa, o mejor dicho, en la suerte de Gran Hermano que es la Unión Europea.

Aunque en términos generales, salvo quizá en los países nórdicos, la implantación de los coches eléctricos no va a buen ritmo y va a hacer falta mucho tiempo para que se produzca un cambio del parque térmico por el de cero emisiones, la UE ha tenido a bien prohibir la venta de cualquier coche de combustión a partir de 2035.

Y no se trata solo de coches de gasolina o diésel, incluye cualquier mecánica que produzca CO2 durante su funcionamiento, por lo que todos los híbridos quedarán descartados… y también los eléctricos de autonomía extendida, que son la aplicación idónea para el e REX.

De esta manera, estando todavía en desarrollo, apenas tendría una década para comercializarse, teniendo que retirarse luego a otros mercados (que los hay), pero esta limitación de los europeos podría hacer que posibles inversores optasen por no apoyar el proyecto.