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Suzuki Vitara, elegimos a la mejor generación

Suzuki Vitara
Votamos por los clásicos.

Que un modelo cuente su existencia por años es lo habitual, que lo haga por lustros indica que es un buen coche y si contabiliza décadas es un producto tremendamente bien rematado. El Suzuki Vitara lleva más de 30 años en el mercado, suficientes para haber visto nacer cuatro generaciones diferentes entre las que vamos a elegir la que consideramos la mejor.

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Lo interesante de este todoterreno es que, en tantos años, le ha dado tiempo ha pasar por diversas etapas, ofreciendo cambios sustanciales a lo largo de toda su vida, lo que hace que haya bastantes posibilidades entre las que elegir. Antes de nada, repasemos brevemente su historia para ver las opciones.

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Nació en el 87 (aunque no se lanzó hasta el 88) como una alternativa a los 4x4 de la época, en formato de todoterreno ligero muy capaz. Evolucionó 10 años después al Suzuki Grand Vitara, que mantuvo su esencia pero dio un paso hacia los SUV (incluso se lanzó una variante de siete plazas). En 2005 la tercera generación reduciría el tamaño de la previa pero manteniendo el concepto. Y por fin en 2014 llegaría la última, de vuelta al nombre de Vitara a secas, ya un todocamino de pura cepa, con un diseño vistoso potenciado por colores llamativos, un conjunto más refinado y con un enfoque especial en el apartado tecnológico.

Esos son los cuatro aspirantes pero, ¿cuál es la mejor generación del Suzuki Vitara? Nos decantamos por la vieja escuela, por el original, que fue el que apostó por algo rompedor para la época, granjeándose buenas críticas y fans.

Y es que en una década de los 80 dominaba por los grandes todoterrenos, se presentó como una alternativa de dimensiones más compactas y peso reducido. Hay que recordar que en origen solo se comercializaba en carrocería de tres puertas y con el techo de lona, factores que ayudaban a potenciar una imagen de lo más atractiva, con un predominio de las formas cuadradas, la parte inferior de la carrocería en otro color, grandes ruedas (todavía mayores pasos de rueda) y la de repuesto en el portón trasero.

Esa idiosincrasia de 4x4 ligero quedaba plasmada en unas dimensiones contenidas (3.560 mm de largo) y un peso de menos de 1.000 kilos. Esto hacia que fuera innecesario un motor excesivamente potente, por lo que en principio se movía con un bloque gasolina 1.6 de 80 CV. Su acogida fue muy buena y desde el principio fue un éxito, lo que motivó a la marca nipona a ampliar la gama: llegaron motores diésel, así como un tope en forma de bloque 2.0 V6 de 134 CV de potencia; al techo de lona se sumó una variante cerrada con techo metálico y las tres puertas pronto compartieron protagonismo con las cinco.

Suzuki Vitara

Mención a parte merece la variante X-90 del Suzuki, toda una mezcla de distintos mundos que añadía al Suzuki Vitara un formato biplaza, con techo descapotable que podríamos denominar casi targa. Equipado con un motor 1.6 de 95 CV, podía utilizar tracción 4x2 o 4x4, así como transmisión manual de cinco marchas o automática de cuatro. Apenas se vendieron 7.000 unidades, cifra anecdótica teniendo en cuenta que la prima generación comercializó más de un millón en total.

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