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Siete malos hábitos que rompen tu coche

Siete malos hábitos que rompen tu coche

La mayoría de estos malos hábitos al volante se cometen de manera inconsciente y, a largo plazo, pueden provocar averías importantes en tu coche.

Si bien la fiabilidad total no existe y ninguna máquina está exenta de sufrir averías, cuando compramos un coche queremos que dure lo máximo posible. Y, aunque hay marcas más fiables que otras, la vida útil de un vehículo también está condicionada por el uso que haga el conductor. A continuación, te mostramos siete malos hábitos que rompen tu coche.

La mayoría de estos hábitos al volante se cometen de manera inconsciente. Son prácticas habituales que muchos conductores van adoptando con el paso del tiempo, pero que es conveniente eliminar quieren evitar averías serias.

No significa que hacer una de estas acciones conlleve una avería al instante. No se va a romper el coche si, después de realizar un viaje, aparcas y apagas el motor inmediatamente (este es uno de esos malos hábitos). Pero hacerlo repetidamente, puede provocar un problema serie, en este caso, en el turbo, como verás más tarde.

Siete malos hábitos que rompen tu coche: no respetar el mantenimiento

Aceite motor

El mantenimiento de un coche tiene unos tiempos determinados por el fabricante y no es por gusto. A veces, algunas personas apuran el cambio del aceite o los niveles de líquidos porque no es el momento económico adecuado. Sin embargo, a largo plazo puede originar un desembolso mucho mayor. 

Normalmente, los fabricantes establecen unos tiempos de mantenimiento lo suficientemente largos como para no amargar el bolsillo de los clientes. Uno de los elementos más importantes es el aceite y los filtros, cuya sustitución hay que hacer cada año. De lo contrario, harás que el motor se esfuerce más. 

Es importante respetar los tiempos de mantenimiento que determine el fabricante o, incluso, acortarlos brevemente si se realiza una conducción excesiva por ciudad.

Conducir con revoluciones muy bajas

Esta es una práctica muy extendida en muchos conductores, sobre todo, en tiempos de vacas flacas o cuando el precio de la gasolina está por las nubes, como ocurre en la actualidad. Sin embargo, a tu motor no le viene nada bien. 

De hecho, conducir con revoluciones muy bajas es una de las causas que provocan más visitas al taller. De todas formas, conviene matizar que ocurre más en motores de gasolina que en diésel. 

 

Los motores necesitan funcionar a un régimen determinado para ofrecer el mejor rendimiento y le mejor equilibrio entre potencia y consumo. Tan malo es llevar el motor muy subido de vueltas como casi ahogado. 

Tradicionalmente, se podía llevar un motor diésel a un régimen más bajo (de hecho, alcanzan el par máximo a un bajo régimen), con respecto a los de gasolina. Sin embargo, el aumento de la tecnología para reducir las emisiones obliga a llevar los motores más modernos con un poco más de alegría

Si conduces con revoluciones muy bajas, se pueden acumular depósitos de carbonilla que, a la larga, pueden provocar un problema grave. Aunque los coches modernos cuentan con sistemas de regeneración automática, es recomendable salir a carretera cada cierto tiempo para conducir a un régimen alto, de manera que el calor generado limpie los residuos. 

Revolucionar el motor en frío

lado deposito gasolina

Otro de los malos hábitos que pueden romper tu coche es revolucionar el motor cuando todavía está frío. El motor de un coche necesita un tiempo hasta que alcanza su temperatura óptima de servicio. Durante ese momento, no debes abusar del acelerador, porque lo estarías forzando innecesariamente. 

Desgraciadamente, los modernos tableros de instrumentos, tan espectaculares y digitales, a veces se olvidan de mostrar un dato tan importante como la temperatura del circuito del aceite para saber cuándo ha alcanzado su temperatura óptima. En cualquier caso, lo mejor es que, después de iniciar la marcha, esperes unos minutos antes de subir de vueltas

Apurar el depósito de combustible

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Otra práctica muy extendida es la de apurar el depósito del combustible, algo habitual también en épocas de crisis y precios elevados de los carburantes. Pero esto te puede salir muy caro a la larga. 

La razón es que los combustibles incluyen partículas que, con el tiempo, se van depositando en el fondo del depósito, generando residuos. Si hay poco combustible, esos sedimentos pueden entrar en el motor, lo que puede provocar una avería seria. 

Pero, además, cuando tienes muy poco carburante, se pueden generar burbujas de aire que impidan la correcta refrigeración de la bomba de combustible. 

Apagar el motor justo después de aparcar tras un viaje

Afortunadamente, gran parte de la población ya se va concienciando sobre uno de los malos hábitos que pueden ser terribles para el coche: apagar el motor justo después de aparcar, tras haber realizado un viaje. 

La típica situación cuando sales de viaje a la playa o a cualquier sitio, llegas a tu destino, aparcas y apagas el motor. Esto es muy perjudicial para el turbo, porque, cuando apagas el motor, el turbo sigue girando un poco y necesita lubricación. 

Después de dejar el coche estacionado, hay que dejar el motor al ralentí unos minutos, normalmente entre uno y dos, tampoco más. De esta forma, el turbo reposará, se lubricará y disminuirá su temperatura. 

Poner el pie sobre el pedal del embrague

Conducir con el pie descansasdo sobre el pedal del embrague

Otra de las prácticas más habituales en muchos conductores, colocar el pie izquierdo sobre le pedal del embrague, lo cual puede provocar daños muy graves, porque, cuando rozas el pedal el sistema de embrague ya trabaja, provocando fricciones innecesarias.

Relacionado con el pedal del embrague, hay otras malas prácticas que conviene evitar, como mantener metida una marcha durante un semáforo en rojo, no pisar el pedal a fondo a la hora de cambiar de marcha o soltar el embrague demasiado rápido. 

Conducir con los neumáticos en mal estado

Neumáticos Todo Tiempo

Por último, otro de los malos hábitos que pueden perjudicar a tu coche es conducir con los neumáticos en mal estado. Esto o es malo para tu coche sino también para tu seguridad. 

Es importante controlar la presión de las gomas. Conducir con la presión baja acelera el desgaste y no querrás adelantar el cambio de cubiertas. Se recomienda revisar la presión una vez cada dos o tres semanas. Igualmente, hay que evitar golpear esquinas y bordillos que puedan dañar el neumático.

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