Estas son las averías más comunes en los coches de España

Los automóviles son máquinas muy complejas, llenas de infinidad de componentes, cables y dispositivos susceptibles de sufrir un fallo en el momento menos esperado. No es lo normal, pero puede ocurrir. Estas son las averías más comunes en los coches de España.

Si cuidas bien de tu coche y le realizas el mantenimiento adecuado, tal y como recomienda el fabricante, lo normal sería no tener ningún problema o avería de cualquier tipo y la vida útil del coche se prolongaría. Pero a veces no podemos evitar que nuestro coche sufra algún problema. 

Las averías graves de un coche 

Veamos ahora cuáles son las averías mecánicas más graves de los coches y cuáles son las marcas que más las sufren.

Averías eléctricas

Un 17% de las averías son causadas por componentes eléctricos: baterías, fusibles, bombillas, testigos, cierres… así como las averías más graves y caras, como es el caso de los elevalunas y el cableado.

Los coches que más sufren este tipo de avería corresponden a las marcas Alfa Romeo, Chevrolet, Citröen, Fiat, Renault y Seat.

Sistema de frenos

La segunda avería más recurrente se relaciona con el sistema de frenado. El 13% de los fallos se deben a bombas, conductos, discos, tambores o cables de freno. Los fabricantes que más sufren esta avería son Alfa Romeo, Chevrolet, Citroën, Fiat.

Electrónica

Los problemas relacionados con la electrónica causan el 8% de las averías declaradas por los encuestados. Alfa Romeo, Chevrolet, Fiat, Renault, Opel y Lancia son las marcas más afectadas.

Motor

Los elementos del motor causan el 8% de las averías y, según OCU, Alfa Romeo, Audi, Chevrolet, Citroën, Fiat y Renault son las marcas que más fallos de este tipo han tenido.

Sistema de alimentación

El 7% de las averías se producen en carburadores, bombas de combustible, sistemas de inyección... Aquí, Alfa Romeo, Chevrolet, Fiat, Lancia y Opel son las firmas que más padecen estos fallos.

Dirección

Problemas relacionados con la smortiguación, dirección, ejes y neumáticos causan un 7% de las averías. Los fabricantes que más las sufren son Alfa Romeo, Audi, Chevrolet y Citroën.

Calefacción y ventilación

Los fallos relacionados con la calefacción y ventilación son responsables de un 6% de las averías.

Averías en el coche y sus símbolos 

Cuando un coche tiene una avería, aparece un testigo luminoso en el cuadro de instrumentos para advertir al conductor, representado por un símbolo que se enciende en color blanco, azul, amarillo, naranja o verde, según la avería y el vehículo. Pero ¿qué significa cada símbolo?

Lo primero que debes saber es que no existe un número determinado de símbolos luminosos. Dependerá del año de fabricación del vehículo, si es un motor diésel o de gasolina, híbrido o eléctrico, el equipamiento… Cuanto más moderno sea, más testigos tendrá.

A continuación, te mostramos los símbolos más importantes que indican una avería en el coche:

Sistema de control de gases de escape

Un fallo en el sistema de control de gases del escape indica que el motor está en modo de emergencia. Notarás una pérdida de potencia y el vehículo no superará las 2.000 revoluciones por minuto.

Presión de inflado de los neumáticos

Indica que uno o varios neumáticos tienen la presión más baja de la recomendada por el fabricante. Si parpadea, se debe a un fallo en el control de presión, por lo que, si las presiones son correctas, hay que ir al servicio oficial para que revisen el sistema. 

Puede ocurrir que, al desconectar la batería y volver a arrancar el motor, se encienda el testigo porque desaparecen algunos parámetros memorizados, pero el medidor de presión se regulará automáticamente con el paso de los kilómetros.

En cambio, si el testigo se ilumina en rojo, significa que el sistema que mide la presión está fallando.

Testigo de asistencia

Algunos coches incluyen un testigo con el símbolo de una grúa que se enciende cada cierto número de kilómetros para avisar que hay que realizar el correspondiente mantenimiento. 

Sistema de precalentamiento en los motores diésel

Es un testigo de color amarillo que se enciende tras conectar el encendido en un motor diésel, pero debería apagarse segundos después. Solo en ese momento, hay que arrancar y nunca antes, de lo contrario, podría producirse un problema de calentamiento del motor. 

Si el testigo empieza a parpadear, una vez iniciada la marcha, significa que hay un fallo en el control del motor y hay que acudir inmediatamente a un servicio técnico, si el coche lo permite.

Avería en el motor

Este testigo alerta de alguna avería o fallo en la gestión del motor, en el sistema de inyección o en el escape y es uno de los símbolos que generan más alerta, porque avisa de una alerta, pero no especifica cuál.

En consecuencia, el conductor debe acudir lo más pronto posible al taller para conectar el vehículo a una máquina de diagnosis a través del puerto OBD. Los fallos más comunes suelen ser el filtro de partículas, el catalizador, las bujías, los inyectores, la válvula de control de emisiones o el sistema de escape, entre otros. 

Nivel bajo de aceite en el motor

Es el famoso símbolo de una aceitera que se enciende en color amarillo para advertir de que el nivel de aceite es más bajo que la cantidad recomendada por el fabricante. Esto obliga a comprobar el nivel de aceite (siempre con el motor frío) y proceder siguiendo las indicaciones del fabricante.

Si el símbolo del aceite se pone rojo, entonces la cosa es más seria: debes detener el coche lo antes posible en un lugar seguro, apagar el motor lo antes posible para no causar daños y llamar al servicio de asistencia.

Pastillas de freno desgastadas

Esta avería se representa con un círculo amarillo con unas líneas en forma de ‘s’ por fuera. Los coches tienen un sensor que captan cuando los ferodos se están desgastando. Normalmente es cuando hay un grosor de dos milímetros o menos.

Nivel bajo de AdBlue

Este es uno de los testigos que se han incorporado en los últimos años en los vehículos diésel. Indica que el nivel de AdBlue es bajo. Es un problema leve, pero debes acudir a una gasolinera para rellenar el depósito de este líquido que sirve para reducir las partículas de dióxido de nitrógeno. 

En el cuadro de mandos verás la cantidad de kilómetros de autonomía que restan para que se termine el líquido AdBlue. Es aconsejable no apurar el depósito ya que, si lo haces, el vehículo no arrancará.

Los fallos comunes del motor

A continuación, te detallamos cuáles son los fallos más comunes de un motor:

Bujía gastada

Esta avería afecta a los coches de gasolina, ya que los diésel carecen de bujía. La bujía es lo que provoca la chispa necesaria para que funcione el motor. Si están desgastadas, prenderán una chispa débil que puede evitar que tu motor se encienda o hacer que lo hagan durante la etapa equivocada. 

Radiador obstruido

Un refrigerante sucio puede causar muchos problemas. Si tu radiador se llena de sedimento de refrigerante sucio, puede provocar un sobrecalentamiento del motor, a la vez que el radiador puede corroerse.

Pérdida de líquido refrigerante

Normalmente, es la causa más frecuente de sobrecalentamiento. Si el motor se sobrecalienta con frecuencia, entonces la alta temperatura podría causar daños mayores que no se pueden reparar. Asegúrate de que el refrigerante esté limpio y que el sistema de refrigeración está en buen estado. 

Baja compresión

Si el combustible y el aire no están adecuadamente comprimidos, el motor no puede completar el proceso de combustión. Si las válvulas no se sellan correctamente, los anillos del pistón están desgastados o el cilindro tiene un agujero y podría haber una fuga de aire que cause la falta de compresión.

Aceite sucio

El aceite puede acumularse y dejar algunos depósitos desagradables en las bujías, las cámaras de combustión y las válvulas de admisión. Puede estropear los cojinetes al dejar residuos que se incrustarán en la superficie. Si falta el filtro de aceite o está obstruido, esto podría ser un problema.

Fallo en la bomba de aceite

Una bomba de aceite defectuosa puede causar falta de aceite, lo que dañará el motor. El aceite del motor debe tener la viscosidad adecuada, lo que significa que debe ser lo suficientemente liviano para moverse rápidamente. 

Otras averías comunes del motor que podemos destacar son problemas de carbonilla en las válvulas, lo que se traduce en una pérdida de potencia al no cerrar bien, suciedad en las cámaras de combustión, que también mengua la potencia, problemas con los inyectores y la válvula EGR.