Los coches eléctricos no se llevan especialmente bien con el invierno. Están comenzando a caer las temperaturas y ya se han empezado a ver las primeras heladas, así que conviene tener en cuenta ciertos aspectos para cuidar de la salud de los cero emisiones: estos son siete consejos para que tu coche eléctrico no se rompa con el frío según Ionity.

Presta atención a la batería

La batería es el elemento que más sufre en un coche eléctrico con el frío, así que lo ideal es que el coche precaliente (ya sea manera manual o utilizando el ‘modo invierno’ cuando el coche lo tenga) para que, a la hora de ponerse en marcha, la temperatura se encuentre entre los 20 y los 30 grados.

Contempla una parada adicional en tus viajes

El frío afecta a la capacidad de almacenaje de las baterías, por lo que su rango puede ser más justo de lo habitual, así que en viajes largos conviene planear paradas adicionales. Además, en estas ocasiones, con el coche caliente, es posible hacer cargas rápidas que aceleren el proceso. Como consejo, mejor cargar solo hasta el 80%, porque por encima es más lento. 

Utiliza la calefacción para calentar el coche

Calentar es algo más complicado en un coche eléctrico que en uno térmico, porque el motor en sí no genera calor para conseguir una buena temperatura. Una manera de conseguirlo de manera más rápida es utilizar la calefacción del vehículo y/o encender los asientos calefactables. Si se hace en remoto mientras se recarga, la batería no se verá afectada.

Acelera de manera progresiva

Una de las cosas que más sorprenden a quien conduce un eléctrico por primera vez es la pegada que tiene la aceleración inmediata del modelo. Esto hay que tenerlo en cuenta siempre, pero más aún en invierno, donde por nieve o hielo se puede perder tracción de manera más habitual. Para solventarlo, acelera de manera progresiva.

Adapta la frenada regenerativa a la situación

Otra novedad en los EV es el sistema de frenada regenerativa, que permite recuperar energía y hace más sencilla la conducción. Sin embargo, en condiciones de bajo agarre, si el sistema es muy agresivo puede provocar que el coche “pierda pie” y deslice, así que es mejor optar por modos de acción que sean menos agresivos.

Los neumáticos son clave

El calzado de los coches eléctricos está pensado para maximizar su autonomía, así que son neumáticos más estrechos de lo habitual, lo que sobre suelos deslizantes puede suponer problemas de agarre importantes. Bajar su presión ligeramente es una alternativa a poner cadenas o utilizar directamente neumáticos de invierno.

Prepárate para “quedarte tirado” 

Quedarse varado en la carretera, cuneta o en un parking disuasorio es común en invierno. En un coche térmico puedes estar dentro con el coche encendido para mantener la calefacción, pero en uno eléctrico esto hará que te quedes sin batería. Es por eso que debes prepararte para situaciones así: ropa de abrigo, mantas en el maletero, etc.