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Euro 7, la sentencia de muerte de la Unión Europea a los motores diésel en 2025

La ley de límite de emisiones que está cambiando la industria europea del automóvil

Gustavo López Sirvent

La Comisión Europea sigue sin definir las medidas de la nueva norma

La industria automotriz en Europa vive en vilo y preocupada por la normativa Euro 7. Y es que el contenido de la nueva norma que regulará los estándares de emisiones de la Unión Europea todavía está en el aire, algo que inquieta a los fabricantes.

La aprobación de la normativa Euro 7 se ha vuelto a posponer. Tras un primer aplazamiento al 20 de julio de 2022, la Comisión Europea ha retrasado otra vez su adopción a otoño de 2022 (como pronto), por lo que su entrada en vigor quizás no tenga lugar a finales de 2025.

Toda la dificultad de estos cambios reside en la aplicación de la norma Euro 7. Esta no se centra en las emisiones de CO₂, sino en las emisiones de gases nocivos, como los NOx (óxidos de nitrógeno, que no son exclusivos de los diésel), el monóxido de carbono (CO) y los hidrocarburos no quemados, así como las partículas finas.

Los fabricantes de automóviles tendrán que cumplir esta norma para homologar sus nuevos coches con motores de combustión. Se quiere reducir los contaminantes entre un 60 % y un 90% y limitar o eliminar contaminantes que antes se toleraban, como el amoníaco (procedente de los filtros catalíticos SCR de los diésel con AdBlue), el metano o el óxido nitroso.

Esta reglamentación está llamada a asfixiar a los motores de combustión, afectando especialmente a los diésel. Este es el motivo por el que muchos fabricantes no quieren invertir en nuevos propulsores o simplemente retiran este combustible de la gama, ya que el problema en los motores de gasolina se podría solucionar con un filtro de partículas. 

Sin embargo, en el análisis de las emisiones de NOx de los diésel hay novedades tan importantes que obligan a los fabricantes a desprenderse de esta tecnología.

Todos los coches nuevos podrían equipar un sistema de diagnóstico integrado en el ordenador del vehículo que analizará el motor en todo momento y garantizará el cumplimiento de los límites de emisiones durante al menos 15 años y 240.000 km. Posteriormente, se monitorizará de manera remota el vehículo a través de OBM.

Además, necesitarán la tecnología necesaria para cumplir con los límites, teniendo en cuenta que las pruebas se realizan en frío, con carga y con el pedal a fondo, con el agravante de que la primera es la clave, al no contar con temperatura suficiente en el catalizador para lograr la incineración.

Esta serie de equipamientos encarecerán los costes de desarrollo y al final el precio de los coches. Y la primera consecuencia será que una gran parte de los motores actuales dejarán sencillamente de venderse. Ahora toca esperar a la decisión de la Comisión Europea, pero mientras tanto, ¿crees que la Euro 7 será la sentencia de muerte para el diésel?

Etiquetas: Contaminación

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