El riesgo de llamarte Fernando Alonso y correr el Dakar

Hay pocas cosas que puedes hacer siendo Fernando Alonso. Como cualquier otro personaje famoso, el asturiano no puede ir a tomar un café al bar de la plaza del pueblo o dar un paseo por un centro comercial. Pero lo que Alonso sí que puede hacer, y se lo ha ganado él solo con sus éxitos deportivos, es decidir dónde correr.

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VÍDEO: Entrevista a Fernando Alonso antes del Dakar

Por mucho que digan que Fernando Alonso es un piloto complicado con el trabajar, podemos afirmar con seguridad que los grandes equipos del mundo de la competición han trabajado o han querido trabajar con él. Desde Renault, Ferrari, McLaren, Mercedes (en su día como accionistas de McLaren) hasta Toyota. También estuvo cerca de ficharle Porsche en su día para correr en Le Mans, Honda o Toyota en su época pasada en la F1… 

Mejor o peor – eso da para otro(s) artículo(s) -, Fernando Alonso ha ido eligiendo siempre donde correr, donde más le ha convenido por la ambición del proyecto o simplemente porque encajaba mejor ahí. Quizás hubiese podido seguir en McLaren en 2008 o en Ferrari en 2015 y tener más victorias en su palmarés, pero la situación en esos casos era insostenible y a Alonso no le interesaba. Decidió, porque él quiso, marcharse. 

Casualidades del destino – si es que existen – Alonso se cruzó en el camino con Zak Brown, CEO de McLaren Racing desde 2017. El americano supo explotar mejor que nadie la ambición del asturiano, le puso delante la guinda de competir en las 500 Millas de Indianápolis cuando en la F1 McLaren no funcionaba y Alonso ‘picó’. Compitió, sorprendió y se demostró a sí mismo que podía competir – y ganar – fuera de su hábitat natural, la F1.

A Indianápolis le siguieron el salto a la resistencia con las 24 Horas de Daytona, el fichaje por Toyota para hacer el Mundial de Resistencia al completo, las victorias en las 24 Horas de Le Mans, el título del WEC, los triunfos en las 6 Horas de Spa-Francorchamps… Todo como piloto oficial del equipo Toyota.

Logrado el título del WEC y los triunfos en La Sarthe, sin un proyecto tentador para ir a la F1, ha surgido un proyecto que muy probablemente Alonso nunca se hubiese imaginado. Seducido por su buen amigo Carlos Sainz – dos veces ganador del Dakar – y por su vínculo con Toyota, ha llegado la oportunidad. Después de una corta pero intensa preparación, Alonso ha firmado su participación en el Dakar 2020 con un Toyota Hilux.

Ser Fernando Alonso te obliga a no ir “solo a participar”

Fernando Alonso ha dicho que competirá en el Dakar 2020 con el objetivo principal de completar los doce días de carrera y llegar a meta. Después de ver en el rally que participó en Sudáfrica y en Marruecos que un accidente te puede apartar de la carrera, va a ir poco a poco, aprendiendo sobre la marcha y podemos pensar que pisando más el acelerador día a día, a medida que gana confianza sobre el terreno.

Alonso va a correr el Dakar 2020 como un auténtico novato. No solo en el rally más duro del mundo, sino en la disciplina como tal. Hay pilotos – como Sebastién Loeb, nueve veces campeón del mundo de rallys – que en el Dakar han sido rápidos pero que no han conseguido ganar en hasta cuatro participaciones con coches de primera fila.

Pero aún conociendo este tipo de exigencias por parte de una de las competiciones más duras del planeta, los aficionados van a pedir lo mejor de un Alonso que está haciendo historia. Decía hace unos días que solo un 1% de su cabeza pensará en ganar, y hay que decir que es tremendamente difícil que eso suceda, más que en Indianápolis, Le Mans e incluso que lo fue en la F1… pero el Dakar es largo, la competición es dura y aquí no siempre gana el más rápido… Sí lo hace el más fiable, constante y quien no baja los brazos. De eso, desafortunadamente, Alonso sabe bastante.

Y también tenemos que dar por hecho que llegará a la salida del rally el próximo 6 de enero conociendo todos los detalles de la competición, de su coche y de su equipo. Porque Alonso es testarudo y a buen podemos decir que en los últimos meses habrá pasado horas y días viendo vídeos, estudiando y hablando con gente cercana a la carrera para llegar tan preparado como pueda. A ello hay que sumar que todavía hay tiempo para hacer test antes de enero, en los que afinar la “maquinaria” y el modo de trabajo.

Desde España y desde el resto del mundo se seguirá con lupa la actuación de Alonso. El Dakar 2020, muy probablemente, bata récords de audiencia y se escriba más sobre esta competición de lo que se ha hecho nunca en la historia. Como pasó con la F1 cuando el asturiano triunfó en 2005 y 2006 o como sucedió cuando se retransmitió su primer test en Indianápolis y cientos de miles de personas se pegaron a la pantalla del ordenador para ver “simplemente” un solo coche dando vueltas a un óvalo.

Tiene coche, equipo y un buen copiloto

Alonso no va “descalzo” al Dakar 2020. Va apoyado por un gran equipo como es Toyota Gazoo Racing, que defiende corona tras la victoria de Nasser Al-Attiyah en 2019. Pilotará un Toyota Hilux 4x4 oficial y a su lado tendrá a Marc Coma, cinco veces campeón del rally-raid en motos, que debuta como copiloto pero a sus espaldas tiene una enorme experiencia sobre el terreno, como “motard” y como ex director deportivo del Dakar que fue.

Fernando tiene las herramientas para “hacer carrera” en el Dakar y tener una trayectoria de varios años yendo allí para competir. Ahora tocará aprender, sumar kilómetros y alcanzar esa deseada meta. Si el ritmo es suficientemente bueno y además se puede luchar por un buen resultado… ¡bienvenido sea! Y si no, pues despacito y con buena letra… si es que eso se le puede decir a Fernando Alonso.

Imagen: Toyota/Motorsport Images