Así se recargan las enormes baterías del Volkswagen ID.R
Las baterías de los coches eléctricos siguen siendo el mayor quebradero de cabeza del sector: son caras de producir, ocupan mucho espacio, pesan bastante y se tarda lo que parece una eternidad en rellenarlas (comparándolo con un repostaje tradicional). Es un problema al que hay que buscar solución, todavía incluso más si hablamos de vehículos de competición como el Volkswagen ID.R.
Volkswagen se jacta de que es el eléctrico más rápido de la actualidad, ya ha establecido récords como el ascenso al Pikes Peak y se está preparando para dominar Nürburgring. Sin embargo, el proceso de esto último es complicado, como señala François-Xavier Demaison, Director Técnico de Volkswagen Motorsport: “Conducir una vuelta completa a Nordschleife a todo rendimiento es un gran reto para un coche eléctrico. Por eso, la carga óptima antes de que empiece la vuelta y la recuperación de energía al conducir son cruciales”.
El ID.R cuenta con dos baterías enormes en forma de ‘T’, una bajo el piloto y otra justamente detrás. Está formada por ocho módulos, cada uno con 56 celdas, por lo que su capacidad es muy alta, así como su tiempo de recarga… si hablásemos de un vehículo convencional.
En este caso solo tarda 20 minutos en rellenarse al completo ya que la recarga se realiza mediante dos tomas simultáneas de 90 kW, una potencia relativamente baja pero que permite mantener la temperatura de la batería dentro de los parámetros deseables. La óptima es de 30 grados centígrados, y para conseguirla durante el proceso también está conectada a un sistema de aire acondicionado.
Además, un generador móvil que funciona con glicerina ayuda en el proceso, algo importante ya que el material se obtiene como desecho de la producción de biodiésel y al combustionar es prácticamente neutral en términos de CO2.
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