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Radares medusa: qué son, cómo funcionan y por qué multan

Radares medusa

Estos no son para sancionar a los rápidos, sino a los ruidosos

Tenemos radares fijos (y dentro de estos, radares de tramo), radares móviles, radares de semáforo, radares de contaminación, radares en cascada... Sumamos ahora a la lista una nueva modalidad: los radares medusa.

Reciben esta denominación porque su aspecto recuerdan a este animal marino: con un núcleo circular de control (que seria la cabeza) y cuatro patas que, en realidad, son cada uno de los micrófonos que miden el ruido.

Radares medusa para medir el ruido de coches y motos

Los radares medusa no están pensados para sancionar a los conductores que no respetan los límites de velocidad establecidos en cada vía, sino para penalizar a aquellos que hacen más ruido del consentido.

Los radares medusa son, por tanto, medidores de ruido preparados para identificar y sancionar tanto a coches como a motos que superen el umbral de decibelios permitido por ley, normalmente como resultado de alguna modificación en el sistema de escape.

Para llevar a cabo esta labor, los medidores cuentan con un cámara 360º que permite captar imágenes en todo su entorno. Al mismo tiempo, cinco micrófonos (uno en cada pata) van tomando medidas de los decibelios de cada vehículo (son capaces de escanear sonidos hasta 10 veces por segundo).

Radares medusa

En pruebas, en Francia

Respecto al dónde podemos encontrar los radares medusa; de momento, solo se sabe que están funcionando a modo de pruebas en 14 localidades francesas. Según publican algunos medios locales, si las pruebas avanzan de manera satisfactoria, el gobierno francés contempla la instalación de estos medidores en otros muchos municipios.

Respecto a las multas que ponen los radares medusa, en el país galo el exceso de ruido se sanciona con multas de 135 euros para aquellos vehículos que superan los 90 decibelios.

Contaminación acústica

Los radares de ruido están pensados para reducir los niveles de contaminación acústica

La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que son contaminantes todos los ruidos que superen los 55 decibelios (dB) durante el día o los 50 dB por la noche. Para que te hagas una idea, 50 dB es el nivel de ruido que alcanza un grupo de personas que mantienen una conversación normal. Una carretera de tráfico intenso puede alcanzar los 90 dB.

Foto portada: Bruitparif

Etiquetas: radares

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