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Polémica en la F1 por las palabras del presidente de la FIA

Ben Sulayem

¿Creías que la pretemporada estaba siendo tranquila?

Después de hacerse público que Arabia Saudí había presentado una oferta de 20.000 millones de dólares para comprar la Fórmula 1, el presidente de la FIA, Mohammed Ben Sulayem, mostró su preocupación por las consecuencias que tendría la venta de los derechos de la categoría por una cantidad que consideró desmedida.

Sulayem pidió sentido común a través de Twitter y argumentó que la consecuencia directa de una operación de tales características podría provocar una inflación en la F1, con el probable incremento de tasas por parte de los promotores, que a su vez tendrían consecuencias para el espectador, pues también subirían los precios de las entradas.

"Como guardianes del automovilismo, la FIA, una organización sin ánimo de lucro, es cauta ante los supuestos valores inflados de 20.000 millones de dólares que se le asigna a la F1. Pedimos a cualquier potencial comprador que aplique sentido común y que considere el bien del deporte con un plan claro y sostenible, no solo con una gran cantidad de dinero", expuso.

"Es nuestro deber considerar cuál será el impacto futuro para los promotores en términos de mayores tarifas y otros costes comerciales, así como de cualquier impacto adverso que pueda tener en los fans", añadió.

Sea correcto o no el mensaje de Ben Sulayem, no podemos olvidar que la labor de la FIA se limita en la actualidad a ser el órgano rector del campeonato, siendo el responsable legislativo, pero en ningún caso de los derechos comerciales. Estos, de hecho, se encuentran en manos de Liberty Media, quienes los compraron en 2016.

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Antes, y tras la firma de un contrato de 113 años con Max Mosley (expresidente de la FIA) a finales de los 90, fueron propiedad de la Formula One Management (Bernie Ecclestone) y, posteriormente, de CVC Capital Partners hasta la venta a sus actuales dueños.

Por ello, desde Liberty Media, han considerado que el presidente de la FIA se ha extralimitado de sus funciones, tal y como le han hecho saber a través de una carta, que también se ha enviado a los equipos.

En la carta, firmada por la consejera general de la Junta de Administración de la F1 (Sacha Woodward) y por Renee Wilm, responsable legal de Liberty Media, se expresa que: 

"La FIA se ha comprometido inequívocamente a no hacer nada que perjudique a la propiedad, gestión y/o explotación de los derechos (comerciales de la F1). Consideramos que los comentarios realizados desde la cuenta oficial del presidente de la FIA en redes sociales interfieren con esos derechos de manera inaceptable".

Y continúa, refiriéndose claramente a las consecuencias que pueden tener sus palabras en la empresa: 

"Ben Sulayem ha sobrepasado los límites de sus competencias en la FIA. Cualquier individuo u organización que hable del valor de una entidad que cotiza en bolsa o sus subsidiarias, en especial si aseguran o implican poseer conocimiento interno de ello, se arriesga a causar daños a los accionistas e inversores de esa entidad, sin mencionar la potencial exposición a serias consecuencias regulatorias".

Desde que saliera a la luz la misiva, no se han producido reacciones públicas ni desde la FIA ni tampoco en la Fórmula 1, y tampoco se espera que las haya, ya que una guerra entre las dos partes no beneficia a ninguna de ellas, y mucho menos a los equipos. 

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