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Le 'perdonan' una multa porque una borrasca alteró el funcionamiento del radar

Borrasca Gloria: 10 consejos para conducir el coche con seguridad

Unas cuantas borrascas han pasado desde que Gloria pusiera España patas arriba hace casi un año. Pero los estragos de este anticiclón siguen coleando, hasta el punto de que son la razón por la que un juez ha invalidado la multa por exceso de velocidad a un conductor porque considera que la borrasca pudo haber alterado el funcionamiento del radar.

Los hechos se remontan al 21 de enero de 2020. El conductor de una furgoneta fue propuesto para sanción por un radar que lo había descubierto circulando a 184 km/h en la carretera N-232. El tramo, a su paso por la localidad de Mallén, en Zaragoza, estaba limitado a 60 km/h por obras. De ahí que el conductor recibiera una notificación de sanción en la que se advertía de que su exceso de velocidad podría acarrear hasta cuatro años de retirada del permiso de conducir y un año de ingreso en prisión.

El error de la DGT que aumenta de forma ilegal las multas a furgonetas

Muy sorprendido (y no para bien), el conductor decidió recurrir la multa. "El conductor insistía una y otra vez en que aquello era imposible. Me decía que nunca había circulado a tanta velocidad y que el radar tenía que estar estropeado", explica su abogada en declaraciones recogidas por el diario El Heraldo de Aragón. 

El margen de error era correcto

El conductor y su abogada iniciaron los trámites para comprobar si el cinemómetro había aplicado correctamente los márgenes de error. Cabe recordar en este punto que, al tratarse de un radar fijo, la DGT contempla un margen de error del 5% que según la documentación aportada por Tráfico sí se había aplicado.

Radares 2020

No conforme, el conductor de la furgoneta recordó que en la fecha en la que fue sancionado se habían registrado fuertes lluvias como consecuencia del paso por España de la borrasca Gloria. Su abogado solicitó un informe detallado a la agencia meteorológica Aemet. Su delegado en Aragón confirmó que en el momento en que el radar tomó la instantánea estaba lloviendo y nevando. 

Un ingeniero concluiría después que "las gotas de lluvia, la nieve, el granizo, la niebla intensa, incluso la suciedad o nieve situadas en el cristal de la caja del radar pueden dispersar geométricamente la luz del láser". Resultado: la juez encargada de la revisión de la sanción ha decidido archivar el caso.

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