Pequeño por fuera, con un maletero enorme con sorpresa y etiqueta ECO en el parabrisas

Cuando se anunció, causó polémica. ¿El motivo? Retomar un nombre mítico dentro de la marca para dárselo a uno de los tan de moda SUV. Sin embargo, con su lanzamiento mostró ser todo un acierto, conformando uno de los todocaminos de conducción más ágil del mercado y que sorprende por ciertos rasgos de su interior: el Ford Puma.

Enmarcado dentro del segmento B SUV, se ha convertido en uno de los referentes entre sus competidores por su enfoque más pasional que práctico, algo que se aprecia tanto en su diseño, con una estética más deportiva que la competencia, como en su dinamismo, que le acerca bastante a un GTI en cualquiera de sus versiones.

Actualmente se comercializa con tres mecánicas distintas que tienen un rasgo en común: emplean sistemas de propulsión con asistencia microhíbrida, por lo que todos lucen la etiqueta ECO de la DGT.

El bloque de acceso es el 1.0 EcoBoost de 125 CV, que puede asociarse a una caja de cambios manual o a una automática. Por encima está una variante más potente del mismo propulsor, que alcanza los 155 CV y comparten las mismas opciones de transmisión. 

Por último, el Puma ST es el tope de gama y se ha renovado recientemente, reduciendo su potencia de 200 a 170 CV, pero, por el camino, ganando el mencionado distintivo medioambiental gracias a la tecnología MHEV. En su caso solo está disponible con cambio automático y acelera de 0 a 100 km/h en 7,4 segundos.

Sin embargo, la mayor sorpresa que esconde el Ford se encuentra en su interior, concretamente en su maletero.

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Prueba del Ford Puma (5 imágenes)

Ya hemos señalado que no tiene el enfoque más practico del segmento (de hecho, dentro de la marca es el Ford Ecosport el que representa dicho papel), pero, a pesar de ello, sorprende por un secreto escondido en la parte de atrás. 

Su maletero es bastante grande, pues cubica 405 litros (cuando había versiones sin electrificar éste llegaba a 465 litros); pero debajo de éste se sitúa la denominada como Megabox, un cajón de plástico que aporta otros 80 litros de capacidad adicional.

Y no solo eso, también dispone de un práctico tapón de desagüe, por lo que es perfecto para meter objetos manchados (como unas botas embarradas, juegues del perro, etc.) y limpiarlos fácilmente con un manguerazo.