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Así es el motor cuántico que puede romper las leyes de Newton: ya está en órbita

Satélite impulsado por un motor

Claudia Pacheco

Los "motores imposibles" no necesitan propulsión para generar movimiento.

La ficción parece acercarse cada vez más a la realidad en la carrera por conquistar el espacio. El pasado 11 de noviembre, el satélite Barry-1 alcanzó la órbita terrestre baja a bordo del Falcon 9 de SpaceX, empresa de Elon Musk. El satélite transportaba un par de motores cuánticos espaciales que actualmente están operativos. 

Los motores cuánticos Quantum Drive, conocidos también como los "motores imposibles", prometen revolucionar el sector aeroespacial y la forma de viajar al espacio en las próximas décadas. Las pruebas de propulsión no pueden ser más optimistas: los Quantum Drive pueden desafiar las leyes del movimiento de Isaac Newton. 

El motor imposible que rompe con las leyes de la física

El motor cuántico de Quantum Drive es una creación de la empresa estadounidense IVO basada en un concepto llamado Quantized Inertia desarrollado por Mike McCulloch, físico y profesor de la Universidad de Plymouth.

McCulloch cuestiona el concepto de inercia de la primera ley de Newton, que sostiene que “los objetos se desplazan en línea recta a una velocidad constante a menos que se les aplique una fuerza”. El físico ha propuesto un motor que no requiere de un propulsor para su movimiento, sino que logra un empuje pequeño basándose en los principios de la mecánica cuántica.

Estos motores cuánticos no han roto en realidad las leyes de la física, sino que estarían creando una nueva ley que tiene en cuenta la relación de la fuerza y el empuje para modificar una trayectoria constante, ha explicado Richard Mansell, director general de IVO.

Seguimiento del satélite Barry-1

El experimento ha sido todo un éxito en las primeras fases, y no es necesario que IVO lo confirme. El Mando de Defensa Aeroespacial Norteamericano (NORAD) rastrea los satélites que hay en el espacio y el Barry-1 no se ha salido de la trayectoria prevista desde que ha alcanzado la órbita baja.

El NORAD ha confirmado que el satélite se mueve a una velocidad constante de 7,6 km/s. La idea es que el satélite ascienda a una órbita superior, por lo que los motores tendrán que conseguir mayor empuje. Aún es pronto para saber si la misión ha sido un éxito, pero que aumentase la velocidad ya sería una prueba de que el invento es revolucionario.

Los resultados definitivos pueden tardar entre uno y seis meses, aunque el hecho de que el satélite se mantenga en órbita en lugar de caer en picado también es positivo. El seguimiento del experimento se realizará durante un año, a menos que el satélite se salga de su órbita, momento en el que se dará por fallida la misión.

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