Conducir es algo que la mayoría de los conductores hacen de manera mecánica, pasando por todos los pasos necesarios para ponerse en marcha sin pensar ellos, de una forma completamente automatizada. Sin embargo, convendría pararse a pensar en algunos de ellos, como el tiempo que hay que esperar entre que arrancas el vehículo e inicias la marcha.

Puede parecer algo baladí, pero es un acto que a largo plazo puede ser clave para que no se produzcan averías de distinta gravedad que podrían llevar incluso a que se rompa el motor.

Lo primero que tienes que tener en cuenta es que al mover la llave (si hablamos de un coche con cierto tiempo, ya que muchos modernos funcionan por botón) esta tiene varias posiciones que sirven para varias cosas.

Partiendo del punto inicial, en el que se introduce la llave en el bombín, se puede girar en tres posiciones distintas:

• En la primera posición está lo que se conoce como “modo servicio”, en el que el coche se activa y empiezan a funcionar el sistema multimedia, las luces y la climatización
• En la segunda ya se produce el contacto, en el que el coche está preparado para arrancar, se iluminan todos los testigos del cuadro de instrumentos y el vehículo realiza una comprobación de todos sus componentes
• Partiendo de la segunda, girando un poco más la llave se llega a la tercera, que es el momento en el que el motor arranca

Hasta aquí, hay que señalar que entre el segundo y el tercer punto resulta conveniente esperar un momento para dar tiempo al automóvil a que haga un chequeo y compruebe que todo está en el orden.

Ahora bien, una vez se ha arrancado, ¿cuánto tiempo hay que esperar para ponerse en marcha?

¿Cuánto tiempo hay que esperar tras arrancar el motor para ponerse en marcha?

Una vez arrancado el coche, conviene dejarlo al ralentí, en reposo, durante un tiempo, tampoco mucho, con unos segundos, un minuto como mucho, ya es suficiente. 

¿Cuál es el motivo de esto? A que el vehículo está frío (da igual que sea verano) y para funcionar como debe, tiene que estar a una temperatura óptima. Ésta no la va a alcanzar en 60 segundos, pero sí que es tiempo suficiente como para que las distintas piezas de la mecánica vayan cogiendo calor y para que el aceite las lubrique de manera adecuada, previniendo posibles averías.

El propio coche da pistas sobre cuando es el momento de ponerse en marcha. En los modelos de gasolina, por ejemplo, el régimen de revoluciones sube bastante al arrancar, pero llega un momento (al pasar el minuto que comentábamos) en el que las rpm bajan a su estado de reposo, lo que es un buen indicativo de que ya está preparado para ponerse en movimiento.

En el caso de los coches diésel esta variación de las revoluciones no es tan marcada, pero basta con tener como referencia ese minuto de descanso para evitar que en el futuro se produzcan averías que puedan dañar el motor.