El mejor truco para abrir la puerta del coche si se ha quedado congelada

Según donde vivas lo de llegar de buena mañana y encontrar que no puedes abrir la puerta del coche porque está congelada puede ser cosa de ciencia ficción o el día a día en invierno. Tanto si perteneces a un grupo como si eres del otro, seguro que te interesa conocer cuál es el mejor truco para acceder al interior de forma rápida y segura.

Estos consejos llegan, además, en un buen momento ya que media España está congelada por la llegada de las borrascas Fien y Gerard; y aunque las previsiones apuntan que en los próximos días habrá menos lluvias y nevadas, las temperaturas seguirán siendo bajas.

Cómo actuar si el frío congela la puerta del coche

Lo cierto es que es bastante complicado que, por muy intenso que sea el frío, llegue al punto de congelar alguna parte de la carrocería. Pero también es verdad que hay determinadas partes que son más susceptibles de sufrir este problema.

Caso de descubrir que no puedes abrir la puerta del coche por el hielo lo habitual es que sea bien porque la junta ha quedado pegada al metal o bien porque la maneta se ha congelado y no puedes moverla.

Lo que nunca debes hacer es tratar de forzar las partes congeladas ya que podrías provocar un daño mayor. Por ejemplo, si es la junta la que está congelada y pegada literalmente a la carrocería corres peligro de rajarla. Si hay alguna superficie de cristal afectada, olvida lo de echar agua caliente ya que lo único que conseguirás es que con el cambio de temperatura se rompa el cristal.

La solución más sencilla pasa por revisar las cuatro puertas ya que, en función de la ubicación del coche es muy probable que no estén todas afectadas y que puedas acceder por las traseras o las del otro lado (por el maletero será más difícil, pero si no queda otra opción...).

Si la capa de hielo es fina, un golpe seco puede hacer que se rompa y la junta quede liberada. Y si es la maneta la que está congelada, puedes probar con el rascador que suelas utilizar para quitar el hielo del parabrisas; eso sí, nunca uses objetos punzantes o dañarás la pintura.