Un coche deportivo práctico no es un enfoque muy habitual y es que, cuando se opta por lo primero, suele tener que renunciarse a lo segundo. Sin embargo, en 2019 McLaren apostó por ello con el GT. El resultado convención y ahora presenta un McLaren GTS que evoluciona la fórmula para mejorar en todo.

Es claramente heredero del modelo al que reemplaza, cuyas proporciones y estilo general respeta, aunque introduciendo modificaciones como el nuevo paragolpes, las tomas de aire traseras más altas y la posibilidad de que ciertos elementos exteriores estén acabados en fibra de carbono.

Emplea el conocido chasis monocasco MonoCell II-T de fibra de carbono y emplea materiales ligeros (el techo de composite está hecho de fibra de carbono reciclada, por ejemplo) para conseguir contener el peso en solo 1.520 kg, lo que supone adelgazar 10 respecto a su predecesor.

Sigue siendo un modelo biplaza y, a pesar de ser un deportivo, apuesta por la practicidad y acabados propios de un modelo de lujo.

Así, el maletero delantero tiene una capacidad de 150 litros y el trasero llega hasta 420, lo que hace que en total disponga de 570 litros de almacenaje.

En el interior puede optarse por varios colores para la tapicería de piel y Alcantara, los asientos son calefactados y tienen regulación eléctrica, dispone de un cuadro de instrumentos digital de 10,25”, la pantalla central táctil mide 7”, tiene navegación por satélite, interruptores y mandos están acabados en aluminio, hay un sistema de audio premium Bowers & Wilkins opcional, etc.

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McLaren GTS (7 imágenes)

Pero eso pasa a un segundo plano si nos centramos en su apartado mecánico, donde el McLaren GTS replica la infalible técnica de mantener lo conocido pero hacerlo todavía mejor.

Su motor central es el mismo 4.0 V8 biturbo, pero tiene mejoras en el cigüeñal gracias a las que consigue 15 CV extra para entregar 635 CV y 630 Nm. El propulsor se asocia a una transmisión automática de doble embrague y siete marchas y a un sistema de tracción trasera.

Dicha configuración le permite acelerar de 0 a 100 km/h en 3,2 segundos, completar el sprint hasta los 200 km/h en 8,9 segundos y alcanzar una velocidad punta de 326 km/h. De pararlo a tiempo se encarga el sistema de frenos carbocerámico con discos de freno de 390 mm delante y 380 mm detrás.

A pesar de todo ello, la marca no se olvida de aplicar ese enfoque práctico también en la mecánica y la suspensión puede elevarse para aumentar la distancia libre al suelo de 110 a 130 mm y así lidiar mejor con los obstáculos propios de los entornos urbanos, como badenes y resaltos.