No hace falta haber superado el medio siglo para haber escuchado hablar del motor español que movía el coche más rápido de su época. Por que sí, se remonta más de 50 años atrás pero supuso tal revolución que su fama ha traspasado décadas. 

En un momento en que otra mecánica made in Spain copa titulares se nos ha ocurrido rendir un pequeño homenaje a un coche que hizo historia en nuestro país. El primero es el Innengine, un proyecto de la empresa granadina del mismo nombre que reduce casi a la mitad el peso y volumen de los motores de combustión y, al mismo tiempo, duplica la potencia.

El segundo es el Pegaso Z102, un histórico deportivo creado por la extinta empresa ENASA (Empresa Nacional de Autocamiones S.A). El Z102 inició su comercialización en 1951 y se mantuvo hasta 1958. Diseñado por el ingeniero español Wifredo Ricart, creador de vehículos deportivos capaces de medirse al mismo nvel que los Ferrari o Aston Martin de la época.

El coche más rápido de su época

El Pegaso Z102 estaba equipado con un motor V8 colocado en posición delantera y disponible con tres cilindradas: 2.500 cc, 2.800 cc y 3.200 cc. 

Verifican el título de coche más rápido de su época el récord de velocidad del mundo que registró en 1953 al alcanzar los 244,62 km/h. También fue uno de los vehículos que más alto precio alcanzó en el mercado: solo se fabricaron 86 unidades en sus tres versiones que se vendieron a un precio aproximado de 500.000 pesetas (para que te hagas una idea: un Seat 600 costaba por aquél entonces 70.000 pesetas).

Un prodigio mecánico

Pero la velocidad que podía alcanzar no fue lo único que impactó de este deportivo. Ricart aplicó toda la experiencia acumulado en los años dedicados a la competición automovilística como parte del equipo de Alfa Romeo. El coche tenía una caja de cambios transaxle en el eje trasero, cámaras de combustión hemisféricas para un mejor reparto de pesos y culatas de doble árbol de levas en cabeza con válvulas simétricas para alcanzar las 8.000 rpm.

Además, los bloques de cilindros, las culatas y el cárter estaban fabricados con aluminio gamma para reducir el peso. Y los motores podían incorporar compresores tipo Roots que aumentaban la potencia hasta los 250 CV. No era esta la opción más potente, había también una versión que llegaba a los 280 CV (este fue el que registró el récord de velocidad).

El Pegaso Z102 estuvo menos de una década a la venta y desapareció de una manera muy enigmático. En 1957 cesó su producción. Cuentan que de manera muy drástica y se rumorea que se destruyeron coches sin terminar, moldes, piezas y planos.

Con una producción tan reducida y tanta historia que contar no es de extrañar que las unidades del Z102 que sobreviven alcancen precios desorbitados en las subastas de coches.