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La increíble historia del Land Cruiser y el Monte Fuji

Land Cruiser Monte Fuji
Marcó las diferencias.

Todos los vehículos tienen una historia de origen, pero, como si de superhéroes se tratase, solo la de algunos es realmente épica. Ya sea por las circunstancias en las que tuvo lugar, las adversidades a las que se tuvo que enfrentar o porque desde el comienzo demostró estar hecho de otra pasta. El mítico Land Cruiser se encuentra en este selecto grupo y el Monte Fuji tiene gran culpa de ello.

El incombustible todoterreno nació en un ambiente de guerra, cuando Corea del Norte invadió Corea del Sur en 1950. Ante el conflicto, tanto Estados Unidos como las Naciones Unidas se posicionaron de parte del segundo y, dado que los estadounidenses tenían ocupado Japón, la nación nipona se utilizó como base de suministro.

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No pasó mucho hasta que, a estas funciones se sumó el encargo de suministrar al ejército norteamericano un vehículo compacto que fuera capaz en todo tipo de terreno. La petición se hizo a todos los fabricantes de coches japoneses, pero fue Toyota la que se anotó el punto ya que, en el 51, apenas cinco meses de comenzar el diseño del modelo, ya contaba con un primer prototipo operativo.

La marca que durante los años 40 se había labrado un nombre fabricando camiones para el ejército japonés, utilizó piezas de éstos para crear el nuevo vehículo. Tomó como base el chasis de un camión de una tonelada Tipo SB y le añadió el motor del tipo B, un bloque gasolina de 3,4 litros. Se le nombró como Jeep BJ en referencia tanto al Jeep Willys, predilecto de las fuerzas estadounidenses, y al motor elegido.

El Monte Fuji marcó las diferencias

En la actualidad estamos acostumbrados a que el circuito de Nürburgring sea la vara de medir en el sector de la automoción, pero no siempre ha sido así. Además, en un vehículo cuya característica más importante era su capacidad off-road, tampoco hubiera servido de mucho.

La gente de Toyota, para demostrar de lo que estaba hecho el BJ, apuntó al pico más alto de toda su geografía nacional, el Monte Fuji y sus 3.776 metros de altitud. Lógicamente el objetivo no era subir hasta la cima, algo imposible, pero sí ascender hasta donde ningún coche hubiera llegado jamás.

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El 4x4, con el piloto de pruebas Ichiro Taira al volante, se lanzó al ascenso en julio de 1951 y, escoltado por la Policía Nacional, consiguió llegar hasta la sexta estación base del monte, situada a 2.500 metros de altitud, algo que hasta entonces solo se había conseguido hacer a caballo. La demostración de capacidad fue tal que en agosto se convirtió en coche patrulla de la policía, pero tardó otros dos años más en llegar su producción a gran escala.

Fue un poco más tarde, en 1954, tras su primer año de fabricación completo, cuando tuvo que cambiar su nombre debido a las reclamaciones de Willys Company por su marca registrada. Desde entonces pasaría a se conocido como Toyota Land Cruiser y el resto ya es historia.

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