La increíble historia del Audi Quattro
En la historia de Audi nos encontramos con modelos que han marcado un antes y un después, pero, sobre todo, hay uno que cambió las cosas tanto sobre el asfalto de la carretera como en el mundo de la competición. Y lo hizo porque llegó de la mano de una tecnología cuyo impacto no se ha visto repetido… por ahora. Esta es la increíble historia del Audi Quattro.
La tracción quattro de Audi cumple 40 años: así es como ha evolucionado
Corría el año 1980 cuando Audi llegó al Salón de Ginebra con un modelo bautizado como Audi Quattro por lo que escondía en su interior: un sistema de tracción total que convertía las cuatro ruedas del vehículo en motrices, algo que, hasta ese momento, estaba reservado para los todoterrenos y los camiones. Una innovación que se empezó a gestar cuatro años antes.
El Volkswagen Iltis
Durante los meses de invierno que unieron el año 1976 con 1977, Volkswagen estaba en Escandinavia haciendo pruebas con el Volkswagen Iltis. Al mismo tiempo, en Ingolstadt, trabajaban en un modelo deportivo que se asentaba sobre la plataforma del Audi 80 y estaba equipado con el motor turbo de cinco cilindros del Audi 200. Los ingenieros alemanes buscaban la forma de conseguir una tracción óptima y constante sobre cualquier escenario… y se acordaron de vehículo que Volkswagen estaba desarrollando para el ejército alemán.
Adaptar aquella tracción total a un coche deportivo no iba a ser fácil, pero el Proyecto 262 recibió el visto bueno en 1977 y a principios de 1978 comenzaron las primeras pruebas del sistema. Con ellas llegaron algunos problemas que debían solucionar: el primero fueron las torsiones que sufría la transmisión en curvas cerradas y que solucionaron con un diferencial central.
El segundo era el tamaño: la caja de cambios debía tener unas dimensiones parecidas a las de un coche con tracción delantera. No fue sencillo, pero lo consiguieron con los ejes huecos concéntricos: el primario (que transmite la fuerza desde el diferencial central al delantero) iba por dentro del secundario (que estaba hueco y trasladaba la potencia desde el cambio al diferencial central). Los tres eran libres y el conductor podía bloquear el central y el trasero.
El Audi Quattro
Aplicadas todas las soluciones, el Audi Quattro nació en 1980 con una carrocería modificada procedente de un Audi Coupé y un motor de cinco cilindros y 2.2 litros con 200 CV… y tracción total, por supuesto.
Formó parte de la gama de Ingolstadt hasta 1991. Once años en los que conocimos al Audi Sport Quattro (306 CV) y en los que llegaron mejoras como el diferencial de tipo Torsen que sustituyó al central con bloqueo manual: con él, el par de podía repartir de forma variable y, además, los ejes giraban de forma independiente.
El Audi Quattro en el mundo de la competición
Dos años antes de que el Audi Quattro fuera presentado en sociedad, la marca alemana aterrizó en el Mundial de Rallies que, por aquel entonces, prohibía la tracción total. Audi, que tenía un as bajo la manga, planteó a la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) la posibilidad de que compitiesen vehículos equipados con ella.
Un año después el Audi Quattro apareció en escena y acarició la victoria en el Rally de Montecarlo de 1981: después de que Hannu Mikkola se hiciera con los seis primeros tramos especiales, el alternador les alejó del primer puesto. No esperaron demasiado para saborear la gloria: lo hicieron en la siguiente cita, el Rally de Suecia.
En 1982 llegó el primer Mundial de Rallies con siete victorias. El dominio alemán acababa de empezar: repitieron en 1983 (campeonato y subcampeonato con Mikkola y Blomqvist) y en 1984 cuando firmaron un doblete. Ese mismo año concibieron el Audi Sport Quattro de Grupo B con y en 1985 fue el turno del Sport Quattro S1 (476 CV y 1.090 kilogramos), que se llevaría la victoria en Pikes Peak con Walter Röhrl al frente.
Etiquetas: Grandes Historias
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