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La increíble historia de Alfa Romeo Sprint

Alfa Romeo Sprint

De la mano de Giugiaro.

El Alfa Romeo Sprint es un modelo de culto dentro de la marca italiana, un vehículo derivado del Alfasud, cuyo éxito hizo que acabara establecido como un automóvil independiente. Ésta es su increíble historia. 

Todo comenzó a finales de los 60, cuando Alfa Romeo comenzó por primera vez a fabricar automóviles en el sur de Italia. Abrió su planta de Pomigliano d’Arco, en el área metropolitana de Nápoles en el 68, donde comenzó a fabricarse el Alfa Romeo Alfasud, uno de los primeros compactos de Europa.

Tres años después, en el 71, vio la luz su variante deportiva, denominada como Alfa Romeo Alfasud Sprint, que tomaba como base la berlina, pero recibía un giro es estético de la mano de Giugiaro, también creador de aquella.

Consiguió un formato que combinaba el dinamismo propio de un cupé con el espacio interior de la berlina, resultando en un modelo de 4,02 metros de largo y 1,30 de alto caracterizado por sus angulosas y afiladas líneas, incluyendo elementos característicos de la marca como la parrilla triangular. 

Alfa Romeo Sprint

Originalmente contaba con detalles exterior de acero cromado (paragolpes, retrovisores y calandra), aunque en la segunda generación, ya independiente y denominada Alfa Romeo Sprint a secas, se reemplazaron por elementos de plástico negro. 

El habitáculo implementaba la formula de cuatro plazas en configuración 2+2, con la peculiaridad de poder elegir entre asientos convencionales o unos deportivos que sujetaban mejor a los ocupantes. Además, presentaba un capaz maletero de 425 litros.

El puesto de conducción del Alfa Sprint era hijo de su época, con un cuadro de instrumentos completamente analógico con dos grandes relojes y un fino volante de tres radios que contaba con palancas desde la que controlar funciones como la de ventilación.

Su estética deportiva estaba respaldada por unos motores a la altura, que no dejaron de evolucionar conforme avanzaba la vida comercial del modelo. Ya en su lanzamiento montaba un boxer tetracilíndrico en una estructura en V de 180º, según el bloque equipaba carburación simple o doble e incluso llegó a tener inyección directa.

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En los años 70 destacaba por contar con equipamientos que no eran tan comunes, como era el sistema de frenos de disco en las cuatro ruedas o la caja de cambios manual de cinco velocidades.

La mejora queda patente al comprar el tope de gama de 1972, con solo 76 CV y una velocidad máxima de 165 km/h, con el de 1989, donde llegaba a 118 CV y alcanzaba los 196 km/h.

Tras 13 años a la venta, cuando dejó de producirse en 1989, el éxito del Alfa Romeo Sprint quedó plasmado en sus cifras: se fabricaron 116.552 unidades entre Pomigliano d’Arco y Sudáfrica.

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