La historia de por qué Porsche eligió el nombre 911
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La mayoría de los coches no son denominados sin un motivo, un patrón a seguir o un estudio elaborado previo, pero el caso que expongo a continuación sí parece seguir incumplir estos criterios. La historia de porqué Porsche eligió el nombre 911 es a la par desconocida para muchos y poco glamurosa, en especial si teneos en cuenta en lo que se ha convertido hoy día el emblemático coupé de Porsche.
A diferencia del Porsche 718 Boxster, que si tiene su origen en el mundo de la competición, el 911 fue denominado inicialmente 901 en la variante de cuatro cilindros y más tarde 902. En el año 1959, cuando empieza el desarrollo del nueveonce, Porsche pensaba en la futura relación empresarial con Volkswagen, por lo que tuvo en cuenta el plan de numeración de piezas de repuesto. El rango de números 900 era gratis, así que la firma alemana aprovechó para ahorrar costes y el Porsche 901 debutó en el Salón de Frankfurt de 1963.
Un año más tarde se inicia la producción del 901 y Peugeot, al mismo tiempo, presentó una demanda por los derechos del nombre en el Salón de París de 1964. El fabricante del león había estado utilizando una nomenclatura de tres dígitos con un cero en el centro para sus coches desde 1929. De hecho, muchos de los modelos clásicos de Peugeot han llevado este nombre, incluyendo el 202, 302 y 402 de la década de 1930.
En octubre de 1964 se lanza el Porsche 901 y como no podía venderse en Francia por la demanda de Peugeot, Ferry Porsche, el hijo del fundador, hizo una llamada que cambiaría el curso de la historia. Cambió la denominación por la de Porsche 911 por razones de conveniencia. Repitiendo el número 1 no debían diseñar un nuevo número (el 0), por lo que se podía duplicar el 1 final y haría la vida más a los chicos del departamento de marketing y la fábrica. Sin embargo, un total de entre 49 y 82 coches fueron fabricados con la denominación ‘901’ original.
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