Por esto echamos de menos al Mitsubishi Lancer Evo
Orientada ahora hacia el mercado SUV (los números mandan), no hace mucho Mitsubishi contaba en su catálogo con deportivos de calibre, modelos que hacían disfrutar a los mayores y soñar a los que por aquel entonces eran niños. La marca japonesa ha jugado en parte con nuestros sentimientos, primero poniendo en nombre de Eclipse a un todocamino y anunciando ahora que va a hacer lo mismo con la terminación Evo. ¿Sacrilegio? Seguramente, pero también un motivo para recordar lo glorioso que fue este coche.
VÍDEO: Así rugía el Mitsubishi Lancer Evolution
Para encontrar sus orígenes hay que remontarse mucho en el tiempo, concretamente a 1973, donde vio la luz como un mero sedán normal y corriente, aunque el destino tenía planes para él. La marca quería mejorar su imagen, así que optó por montarle un motor más grande y ponerlo a correr en rallies, obteniendo bastante éxito. Mitsubishi siguió esa línea y, ya entrados los años 80, se hallaba inmersa en el desarrollo de una versión de su Starion para competir en el Grupo B. Por desgracia, la categoría desapareció, por lo que el fabricante decido traspasar su plataforma de tracción integral al Galant para así participar en el Grupo A. sin embargo, a principios de los 90 hubo un movimiento generalizado por parte de todos los competidores, rebajando el tamaño de sus coches: Ford pasó del Sierra al Cosworth, Toyota del Celica al Corolla… y Mitsubishi del Galant al Lancer.
De esta manera, en 1992 nació el mito como lo conocemos hoy en día: el primer Lancer Evolution de calle, del que se fabricaron 2.500 unidades para cumplir los requisitos de homologación. El modelo sentó las bases de la saga, con su característica imagen, soluciones para ahorrar peso y un motor de cuatro cilindros en línea. En el 93 llegó el Evo II, en el 95 el Evo III, y así hasta 2007, cuando se presentó el Evo X, versión final del modelo que se produjo durante casi 10 años hasta que dejó de producirse en 2016.
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