La DGT explica cómo debes llevar los brazos y colocar la espalda al volante del coche
Ayer los responsables de redes sociales de la DGT lanzaban dos importantes advertencias: la primera explicaba que usar el móvil al volante es tan peligroso como conducir bajo los efectos del alcohol; la segunda mostraba la relación entre velocidad y campo de visión. Hoy, el mensaje no es menos importante: cómo colocar los brazos y la espalda al volante.
Y no es solo por cuestión de comodidad y salud, adoptar una correcta posición al volante es también una forma de reducir lesiones en caso de accidente.
Cómo colocar los brazos y la espalda al volante
Una vez dentro del vehículo, antes de girar la llave debes asegurarte de que el asiento está a la distancia adecuada, especialmente si comparte la conducción con algún familiar o amigo.
A través de Twitter, la DGT comparte los trucos que podemos utilizar para asegurarnos una posición correcta:
Con el hashtag #SentarseBien Tráfico recuerda lo que seguro te explicaron en las primeras clases prácticas de la autoescuela:
- Para asegurar una buena posición los brazos tienen que quedar ligeramente flexionados, mientras que la espalda tiene que ir lo más recta posible.
- Un respaldo demasiado inclinado hacia atrás resta eficacia al movimiento de los brazos, al reposacabezas y al cinturón de seguridad y puede provocar el denominado efecto submarino.
- Además, para calcular la distancia óptima (ni muy lejos, ni demasiado cerca) las piernas deben quedar semiflexionadas, de forma que sea posible pisar el pedal de embrague a fondo con un movimiento de tobillo. Mientras que para regular la inclinación del respaldo, siéntese apoyando la espalda y los hombros en el respaldo: sus brazos deben llegar al volante medio flexionados y relajados, de forma que si los estira puede apoyar encima las muñecas.
- Respecto a la altura de la banqueta, los ojos del conductor tienen que quedar a media altura del parabrisas, con visibilidad completa en toda su anchura.
El volante también se regula
Las regulaciones de la altura y de la profundidad del volante permiten ajustar la distancia para que el conductor pueda mover los brazos y maniobrar con comodidad.
Igual que el asiento, el volante no debe estar ni muy alto ni muy bajo; los brazos deben estar relajados y medio flexionados, y la espalda y los hombros, apoyados en el respaldo.
Etiquetas: DGT
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