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¿Cual es el impacto ambiental real de los coches eléctricos?

batería de sodio para el coche eléctrico

¿Cuándo, cómo y cuánto contaminan los coches eléctricos?

La etiqueta medioambiental de la DGT los identifica como coches con cero emisiones, pero decir que porque renuncien a un motor de combustión no contaminan nada no es del todo cierto. Los coches eléctricos también tienen un impacto ambiental derivado, en su mayor parte de los procesos de producción, recarga y, en especial, reciclaje una vez finalizada su vida útil.

Los coches eléctricos producen cero emisiones mientras circulan. Quiere esto decir que no emiten ni un solo gramo de dióxido de carbono (CO2), monóxido de carbono (CO), óxido de nitrógeno (NOx), ni partículas en suspensión (PM). Es por eso que los vehículos que solo utilizan motor eléctrico no tienen tubo de escape.

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Pero sí contaminan durante su proceso de producción, de recarga de las baterías y, sobre todo, una ve llegado el fin de su vida útil. Minimizar este impacto es el reto de los fabricantes que trabajan para mejorar los procesos de producción, impulsar el uso de materiales reciclables y emplear energías alternativas como fuente de alimentación.

El objetivo es alcanzar la neutralidad de emisiones; por el momento sí se ha conseguido que a lo largo de todo su ciclo de vida los eléctricos sean más respetuosos con el medio ambiente que los modelos de combustión.

El impacto medioambiental de fabricar un coche eléctrico

La primera huella que deja un coche eléctrica procede de su fabricación. Las voces que ponen en duda que un enchufable sea del todo limpio defienden que su proceso de fabricación es más contaminante que el de un modelo de combustión.

Volvo publicó hace tiempo un informe en el que aseguraba que la producción de sus coches eléctricos es más contaminante, pero que ese impacto se compensa con creces a lo largo de toda la vida útil del vehículo.

Seat Martorell

La mayor parte de la contaminación que se produce durante la fabricación de un coche eléctrico procede de la batería.

Retomando los datos del informe de Volvo, la producción de los materiales necesarios para fabricar un Volvo XC40 genera 14 toneladas de CO2, mientras que el C40 Recharge conlleva 25 toneladas.

Compensar la huella de carbono

Muchos fabricantes ponen en marcha proyectos pensados tanto para reducir las emisiones derivadas del proceso de fabricación de un coche eléctrico como para compensarlas.

En el primer grupo destaca el uso de energías renovables tales como la solar y la eólica para reducir la dependencia de combustibles fósiles. También fomentar el uso de materiales reciclados y reciclables para algunos partes de la automóvil, en especial el interior (un ejemplo extremo es el Liux Animal, el primer coche eléctrico biobasado).

En el segundo medidas como la plantación de árboles para compensar aquellas emisiones que no se pueden evitar (al menos, por el momento).

Lo que contamina el proceso de recarga

Los coches eléctrico de batería se mueven gracias a la energía que les suministra esta que, a su vez, se nutre de la electricidad que obtiene de la red eléctrica. Este proceso sí conlleva una serie de emisiones que serán más o menos en función de la fuente empleada.

Datos recientes de Green NCAP, un laboratorio de análisis que permite comprobar el potencial contaminante de los coches en Europa, revelan que en España la producción de 1 kWh conlleva 154 gramos de CO2. Esto supone que un coche eléctrico con una batería entre 50 y 60 kWh, generará una contaminación de cerca de 7 millones de toneladas de CO2 a lo largo de su vida útil. 

punto recarga coche electrico

El proceso de recarga de un coche eléctrico será más o menos contaminante en función del origen de la electricidad. 

Es por eso que se potencia el uso de energías renovables, en especial de la energía solar para minimizar el impacto medioambiental de la recarga. Los ejemplos más claros son las instalaciones de autoconsumo asociadas a puntos de recarga; también el uso de paneles solares en coches eléctricos para aumentar así la autonomía y reducir la necesidad de recarga.

 

Otras fuentes renovables empleadas para minimizar el impacto medioambiental de la recarga son la energía eólica y, en menor medida, la hidráulica y la geotérmica.

Al final de la vida últil

El final de la vida útil del vehículo marca otro de los momentos en los que su impacto medioambiental se eleva de manera considerable.

De nuevo es la batería la que deja una mayor huella medioambiental. Para que esta sea lo menor posible se avanza en dos direcciones. Por un lado,  darles una segunda vida antes de que sean desechadas. Hay muchos dispositivos eléctricos que no necesitan tanta potencia y pueden funcionbar con la que almacena una batería algo degradada.

baterías coches eléctricos

Por otro el empleo de materiales y técnicas que mejoren los procedimientos y niveles de reciclaje de las baterías de los coches eléctricos.

Elementos clave en las baterías tales como el acero o los cables se pueden reciclar para evitar que dañen el medioambiente una vez dejan de ser útiles. También el litio o el níquel que se pueden emplear para fabricar nuevas baterías.

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