Si hablamos del BMW M3 hablamos de uno de los mejores coches deportivos de todos los tiempos. Desde el E30 hasta los actuales M3 y M4 el modelo se ha convertido en un mito, consiguiendo enamorar al conductor generación tras generación. Pero no ha sido el único que ha cortado el bacalao, de marcas como Mercedes han nacido berlinas deportivas que igualmente han conseguido poner la piel de gallina a quien se atreviera a conducirlas. En esta Compa Oldie enfrentamos con el M3 a una de ellas, ¿Mercedes C43 AMG W202 o BMW M3 E36?

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BMW M3 E36, el segundo golpe

El BMW M3 E36 fue el segundo M3 en nacer. Pese a que mejoró las capacidades del BMW M3 E30, este último se considera más puro, y no solo por ser el primero. Pese a ello, la generación E36 del BMW M3 supo seguir la trayectoria de la berlina deportiva por excelencia, un coche con el que se podía disfrutar en cualquier situación. 

En su desembarco en el mercado, el BMW M3 E36 llegó con un motor de seis cilindros y 286 caballos de potencia. Más tarde esta potencia se elevaría hasta los 321 caballos de potencia, poco menos que el siguiente M3, el E46, que desarrollaba 343 CV. El BMW M3 E36 no era tan radical como el E30, con una filosofía más orientada a la carretera que al circuito.

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Mercedes C43 AMG W202, con mucha cafeína

El Mercedes C43 AMG W202 parece, a simple vista, descafeinado, pero nada que ver. Llegaba igualmente en los años noventa para todo aquel que buscara una berlina deportiva con la que poder ir muy rápido. A estas alturas todo el mundo conoce las versiones AMG del Mercedes Clase C, pero quizás entonces no eran tan conocidas. Y valía la pena hacerlo…

La versión C43 AMG del Mercedes Clase C W202 contaba con un potente motor V8, un corazón que desarrollaba nada menos que 306 caballos de potencia. Tenía más par que el BMW M3 E36, pero su 0-100 km/h era más lento que el del alemán. La velocidad máxima estaba limitada, aunque rondaban los mismo números en términos reales.

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¿Cuál era mejor?

Pese a que al Mercedes C43 AMG de entonces no se le puede infravalorar, pues a pesar de contar con una carrocería poco agresiva era un auténtico monstruo de la Autobahn, el BMW M3 siempre ha sido una máquina de sensaciones. Quizás, la generación E36 dejó un poco de lado ese sentimiento y se centró más en su lado burgués. Pese a ello, es un M3.