Que la Unión Europea limita los coches que podemos conducir en España es un hecho. El ejemplo más claro es que en 2035 se prohibirá la venta de cualquier automóvil que no sea un coche eléctrico, pero también hay medidas que se van a aplicar mucho antes: sin ir más lejos, este mismo 2024 la UE ha prohibido un color de coche.

Puede parecer algo arbitrario, pero no lo es y, por raro que parezca, es una medida que se aplica por cuestiones de salud y contaminación.

La prohibición no se aplica a un color de carrocería como tal (tranquilo, podrás seguir eligiendo tu nuevo vehículo en amarillo o verde fosforito, si quieres) si no a un acabado: los cromados.

Es raro ver un coche completamente pintado en pintura cromada, pues es algo excesivamente llamativo que solo se suele aplicar en casos concretos como preparaciones o creaciones ‘one-off’ para dueños un tanto excéntricos y con cuentas corrientes bastante abultadas.

Sin embargo, es prácticamente el pan de cada día a la hora de lustrar detalles de los coches, ya sea en elementos como los marcos de las ventanillas o las parrillas, pasando por otras piezas exteriores, sobre todo en el caso de modelos de marcas premium y de lujo, aunque también pueden tener cabido incluso en el habitáculo de los vehículos.

Pero, ¿por qué se prohíbe? Se debe al cromo hexavalente, que es la forma tóxica del metal cromo, que se genera a la hora de aplicar el acabado a las distintas piezas metálicas del automóvil.

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Bugatti Veyron cromado (7 imágenes)

Éste es altamente perjudicial para la salud y como apuntan desde Barín, “ya sea por inhalación de polvo o partículas, vapores o emanaciones que contentan hexavalentes, incluso el contacto directo con la piel y los ojos puede ser muy perjudicial para la salud”.

Además, diversos estudios e investigaciones apuntan a que el cromo hexavalente provoca cáncer en los humanos. Al parecer, “está relacionado este elemento con el cáncer de pulmón, cáncer de seno paranasal y cavidad nasal. Además, puede causar daño hepático, problemas reproductivos y problemas de desarrollo”.

De hecho, parece que es un compuesto mucho más cancerígeno que, por ejemplo, el diésel, motivo por el que la Unión Europea, en su movimiento por reducir en la medida de los posible la contaminación derivada de los vehículos, ha decidido tomar cartas en el asunto.

Como detalle interesante, aunque actualmente el cromado de metales se asocie a un acabado estético, su aplicación tiene como fin el de aplicar un tratamiento anticorrosivo que proteja al metal de agentes externos. Es por eso que se ha popularizado su uso en los componentes metálicos externos de los vehículos.

No solo en los coches, también en las motos

Si bien es cierto que el uso de cromados en los coches es algo habitual, todavía más común es su utilización en las motocicletas, especialmente en las de estilo ‘chopper’, como pueden ser, por ejemplo, modelos de la marca Harley-Davidson.

En ellas es tremendamente habitual que se aplique este tratamiento a una gran cantidad de elementos, que van desde las llantas a los manillares, pasando por las horquillas de la suspensión e incluso el bloque motor.