Un coche que funcionaba con residuos animales
Harold Bate era un británico que tenía como negocio una granja que producía una gran cantidad de excrementos. Aplicando sus conocimientos de mecánica, creó un coche que funcionaba con residuos animales, ya que los transformaba en gas metano, tal y como puedes ver en las imágenes de este enlace.
Según los cálculos del propio Bate, por una cantidad equivalente a los 17 céntimos de dólar (unos 0,13 euros), se conseguía una energía equivalente a la proporcionada por casi cuatro litros de gasolina, en el mismo vehículo.
Estación de servicio de CNG en Brasil.
El convertidor que ideó debía resolver un problema: el gas a alta presión derivado de la reacción de estos residuos tenía que llegar al motor en la cantidad exacta que requería cada momento de su funcionamiento. La pieza en cuestión iba alojada entre la botella a presión con metano y el carburador del vehículo.
Se trataba de una idea con la que conseguir un conducción con menos emisiones, ese es su valor, pero hay que conseguir toneladas de estiércol para llevarlo a cabo, con lo que se trata de un método meritorio aunque más anecdótico y curioso que paradigmático.
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