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Cinco trucos para saber si tienes un coche de buena calidad

Cómo saber si tienes un coche de buena calidad

Por norma general, un coche suele ser una compra importante. Adquirir un automóvil implica un desembolso económico considerable y, como en cualquier otro movimiento de este tipo, nadie quiere que le engañen. Sin embargo, aunque intentes comprobarlo, es posible que se te escapen los detalles que dejan claro si se trata de un coche de buena calidad o no.

Es algo lógico, básicamente porque a veces no tenemos claro dónde mirar para buscar indicativos de esa calidad (o de la falta de ella) y porque los fabricantes tampoco lo ponen fácil, puesto que la mayoría son expertos en mostrar una calidad aparente que luego no tiene por qué ser tal.

 

Los trucos que emplean a este respecto son tan sencillos como utilizar mejores materiales en las zonas que se tocan más a menudo, pero dejar los de peor para aquellas a las que es más difícil acceder; colocar capas superficiales de buena calidad, pero que con el tiempo se desgastan, etc.

Es por eso que vamos a darte cinco trucos para que puedas saber si tienes un coche de buena calidad.

La pintura de la carrocería

Tendemos a pensar que toda la carrocería está pintada en un color idéntico y homogéneo, algo que tendría que ser así, pero que no lo es siempre. El coche no se pinta entero en el mismo sitio, pues el fabricante se encarga de ciertas partes y otras vienen directamente pintadas desde el proveedor que produce la pieza (la aleta de un paso de rueda, por ejemplo).

Es por esto que puede haber diferencias de tono entre una zona y otra; en ocasiones es algo sutil, y en otras puede saltar a la vista fácilmente. El hecho de que sea una pintura homogénea y que el mismo color este presente en todo el exterior es un claro indicativo de la calidad del vehículo.

El tacto de los plásticos

El tacto es un sentido muy importante en cualquier automóvil, puesto que el conductor está constantemente tocando cosas. Los fabricantes lo saben, como también saben que hay ciertas zonas que son de uso continuado mientras que en otras es mucho menos habitual “meter mano”, así que aprovechan para ahorrar en ellas.

Es bastante común que en el salpicadero, reposabrazos o paneles de las puertas se utilicen plásticos de tacto blando, que transmiten calidad, mientras que, en la parte inferior del habitáculo, como no se toca tanto, se empleen materiales más baratos y de peor factura. Si incluso en las zonas menos accesibles las sensaciones son buenas, eso habla bien de cómo está rematado el coche.

Los ajustes entre piezas

El ajuste de las distintas piezas que componen un automóvil es uno de los aspectos más complejos, puesto que en muchas ocasiones provienen de proveedores distintos y, sin un buen control, pueden dejar bastante que desear.

Cómo saber si tienes un coche de buena calidad

Se han visto muchos ejemplos como los casos de los Tesla, en los que directamente las puertas no encajaban bien, pero hay muchos elementos en los que es posible fijarse: cómo cuadran los plásticos de la consola central, la luna con el techo, el hueco que hay entre el salpicadero y cada una de las puertas (es más común de lo que se cree que en cada lado sea distinto), la colocación de las salidas de ventilación, etc.

El sonido

El sonido en un coche es clave y también sirve de vara de medir la calidad. El ejemplo más sencillo es comprobar lo bien aislado acústicamente que está el interior: que no llegue el sonido del motor, el ruido aerodinámico o el de rodadura son buenos indicativos.

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También hay que fijarse en el sonido que hacen los distintos elementos al usarlos, siendo un ejemplo muy claro las puertas. Si al cerrarlas la sonoridad es contundente y transmite solidez, es buena señal, pero si el impacto suena excesivamente metálico, la calidad no será tan buena.

Los detalles

Como suele decirse, “el diablo está en los detalles”, y es que son las pequeñas cosas las que ponen de manifiesto si un modelo es de calidad, elementos que a priori pueden pasar desapercibidos, pero que al fijarse bien contribuyen a dar una gran sensación de calidad o a todo lo contrario.

Hablamos de que las costuras estén bien hechas, de que en los plásticos no haya rebabas que indiquen que no están bien rematados, que la tapicería esté bien ajustada, que en las zonas como el maletero o la parte baja del habitáculo no haya tornillos muy a la vista, etc.

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