5 propuestas fiscales que encarecerían el uso del coche particular y que el Gobierno está valorando

Aumento general de la fiscalidad de los hidrocarburos, con especial atención a equiparar el diésel y el gasóleo; junto a un incremento de los impuestos de matriculación y circulación, son algunas de las propuestas fiscales que encarecerían el uso del coche particular que tiene el Gobierno sobre la mesa. 

El comité de expertos para la reforma fiscal ha presentado el libro blanco sobre la reforma tributaria que no sabemos si tendrá muchos capítulos, pero sí numerosas propuestas que, a los que somos conductores, no nos vendrán nada bien.

Conducir será más caro en 2022 por estos tres nuevos impuestos

El texto, al que ha tenido la agencia EFE, habla de un sistema de peajes electrónico como opción para el tan comentado pago por uso de vías de alta capacidad en el que lleva tiempo trabajando el Gobierno. También aconseja al Gobierno una renovación total de los impuestos aplicados a la automoción que, salvo en el caso de la electricidad, serían al alza.

Vayamos por partes...

Fiscalidad de los hidrocarburos 

Los expertos convocados por el Gobierno proponen una "subida sustancial" de la tributación de los hidrocarburos, en particular del gas natural y los carburantes. 

La propuesta contempla igualar la fiscalidad de diésel y gasolina de automoción y la creación de un impuesto sobre emisiones de CO2 "que garantice el cumplimiento de los compromisos medioambientales" (esto es algo que ya tienen en Cataluña).

También plantea cambios en la tributación de combustibles de aviación, marítimos y agrario con una "introducción gradual" y el uso mayoritario de los ingresos obtenidos "para compensaciones sectoriales y para el desarrollo y la adopción de tecnologías limpias".

El único carburante (que no es tal) que bajaría su precio de acuerdo con la reforma propuesta sería la electricidad.

Se plantea la supresión del impuesto sobre el valor de la producción eléctrica, así como medidas "para mejorar el diseño y efectividad" de los impuestos propios autonómicos con efectos sobre el sector eléctrico y modificar el Impuesto Especial de la Electricidad (IEE).

En este punto, plantea modificar la base imponible de este tributo para que el gravamen se proyecte sobre el consumo, no la base aplicable para el IVA como en la actualidad, e incentive así "el ahorro y la eficiencia energética".

De todo esto, se beneficiarían los usuarios de coches eléctricos.

Impuestos de matriculación y circulación

Por si la actualización del impuesto de matriculación en vigor desde el 1 de enero de 2022 no fuera suficiente (vendedores y distribuidores calculan que ha encarecido el precio una media de 1.000 euros), la propuesta de reforma fiscal habla de el número de tramos y la subida de los tipos impositivos para incentivar la compra de vehículos de bajas emisiones.

Es más, se sugiere que la tasa que se abona en el momento de la compra tenga un plus añadido en función del peso del vehículo.

Para el Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica (IVTM o impuesto de circulación) se plantea establecer una cuota tributaria creciente con el nivel de las emisiones de CO2 de los automóviles que penalizaría "un parque automovilístico envejecido y dieselizado".

Asimismo, los expertos apuestan por utilizar subsidios para la renovación de la flota y por crear un tributo municipal sobre la congestión en determinadas ciudades, como Madrid o Barcelona, que varíe según el volumen de tráfico, la localización y la hora del día.

15.000 millones de euros más de recaudación

El conjunto de medidas planteadas en el libro blanco sobre la reforma tributaria permitirían elevar la recaudación en hasta 15.000 millones.

La modificación de los impuestos de electricidad Estas medidas, detallan el informe, tendría un elevado impacto recaudatorio, con caídas próximas a los 2.700 millones de euros, por lo que no se "recomiendan rebajas fiscales adicionales para fomentar una mayor electrificación".