5 motores que tendrían que entrar al Olimpo de los dioses

Hace tan solo unos días te hablábamos de los 5 motores de gasolina que pasaron a la historia. Elaborar esa lista fue difícil, ya que había que dejar fuera del ranking a algunos de los propulsores más importantes de la historia. Por ese motivo, hemos creado este segundo artículo donde hablaremos de 5 motores que tendrían que entrar al Olimpo de los dioses.

Los motores seleccionados son importantes por diferentes factores, ya sea por su papel en la industria del automóvil o por lo que han supuesto para sus respectivos fabricantes. Sea como fuere, estas mecánicas se merecen estar montados en los mejores coches del mundo o, al menos, formando parte de una colección en un museo. Vamos a descubrirlos.

Los 5 motores que más alto de revoluciones pueden girar

5 motores que tendrían que entrar al Olimpo de los dioses

BMW S70/2

El motor S70/2 es una variante de la familia de propulsores BMW M70. Es la mecánica con la que fue equipado el legendario McLaren F1, el coche de aspiración natural más rápido del mundo gracias a su récord de velocidad máxima aún vigente de 391 km/h.

El responsable, en parte, de este récord fue el monstruoso motor V12 de aspiración natural y 6.1 litros de origen BMW con el que fue equipado el F1. Este motor desarrollaba 627 CV de potencia y 651 Nm de par gestionados por un cambio manual de seis velocidades.

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Bugatti W16

Por motivos que no hace falta justificar, el motor Bugatti W16 tiene ganado su lugar en el Olimpo de los dioses. El corazón del Veyron y el Chiron, así como de una infinidad de variantes derivadas de estos dos hiperdeportivos, es el responsable de numerosos récords de velocidad máxima.

Concretamente, el motor W16 de 8.0 litros de Bugatti está equipado con cuatro turbocompresores que desarrollan varios niveles de potencia, pasando por los 1.001 CV del Veyron, los 1.200 CV del Veyron Super Sport y llegando a los 1.600 CV de modelos como el Bugatti Centodieci de producción limitada.

Dodge Hellcat

Sin duda, uno de los motores que más repercusión ha tenido en la última década es el bloque Hellcat de Dodge. Equipado en modelos como el Charger, el Challenger, el Durango o el Jeep Grand Cherokee, esta mecánica HEMI V8 es la máxima expresión del segmento de los muscle cars.

El propulsor de 6.2 litros está equipado con un sobrealimentador de alto flujo con el que puede alcanzar los 840 CV de potencia y 1.045 Nm de par en el Dodge Challenger SRT Demon, un muscle car capaz de pasar de 0 a 96 km/h (0-60 mph) en 2,3 segundos y de alcanzar una velocidad máxima de 326 km/h.

Porsche V10

Lo que comenzó como un proyecto para llevar de nuevo a Porsche a las 24 Horas de Le Mans, acabaría convirtiéndose en uno de los superdeportivos más importantes de la década de 2000. El alma del Porsche Carrera GT es uno de los mejores propulsores creados por el fabricante con sede en Stuttgart y, por su importancia, debe ser uno de los elegidos.

El Carrera GT fue equipado con un motor V10 de aspiración natural y 5.7 litros capaz de entregar 612 CV de potencia y 590 Nm de par. Precedido por su característico sonido, este motor permitía al superdeportivo de motor central de Porsche pasar de 0 a 100 km/h en 3,9 segundos y alcanzar una velocidad punta de 330 km/h.

Toyota 1LR-GUE

El quinto y ultimo de los motores que tendrían que entrar al Olimpo de los dioses es el propulsor Toyota 1LR-GUE. Si por esta denominación no lo identificas, te confesaré que se trata del motor del Lexus LFA, un bloque que fue desarrollado en colaboración estrecha entre Toyota y Yamaha.

Se trata de un motor V10 atmosférico de 4.8 litros que desarrolla 560 CV de potencia y 480 Nm de par. Puede girar hasta las 9.000 rpm y sube tan rápido de vueltas que los ingenieros de Toyota tuvieron que instalar un cuentarrevoluciones digital para medir con precisión el giro del motor en las aceleraciones.