Estos son los tres tipos de combustible fósil que existen

¿Sabes cuáles son los tipos de combustible existentes? Es muy probable que conozcas los más comunes: gasolina y gasóleo. Pero esta clasificación reinante en entre los usuarios del coche, muy de andar por casa, no es del todo correcta. Para ayudarte a entender más los tipos de combustible fósil que existen, vamos a ahondar en su clasificación. 

Combustibles fósiles: qué son

Empecemos por  la definición: ¿qué son los combustibles fósiles? Son fuentes de energía contaminantes que se han formado a partir de un proceso de descomposición de la materia orgánica (es decir, de organismos que una vez estuvieron vivos, tales como plantas o animales, y que a lo largo de un proceso de millones de años se van transformando).

Los combustibles fósiles son un recurso natural que cuesta muchos años regenerar —este proceso se produce en ciertas capas del suelo durante años—. Esto supone que la rapidez con la que se consumen es mayor que la velocidad con la que se regeneran.

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Ahora bien, ¿qué clases de combustibles fósiles existen? Podemos distinguir tres tipos:

1. Carbón.
2. Petróleo.
3. Gas natural.

Entremos en detalle con cada uno de ellos.

1. Carbón

El carbón o carbón mineral es un combustible fósil mineral; una roca sedimentaria muy rica en carbono y con cantidades variables de otros elementos, principalmente hidrógeno, azufre, oxígeno y nitrógeno.
La mayoría del carbón se formó a partir de los vegetales que crecieron hace millones de años. Es un recurso no renovable.

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Existen varios tipos de carbón: urba, lignito, hulla y antracita. Este tipo de combustible ha tenido y tiene distintas aplicaciones como fuente de energía; se usa aún para algunos tipos de transporte o calefacción. 

Actualmente, el carbón es una de las fuentes de energía más perseguidas. De hecho, descarbonizar la economía es el objetivo que persiguen todos los gobiernos, siendo la máxima global tratar de alcanzar economías totalmente desligadas del carbón para 2050.

Foto: Coco Zinva en Pixabay 

2. Petróleo

El petróleo es otro tipo de combustible fósil; es una mezcla de compuestos orgánicos, principalmente hidrocarburos insolubles en agua. Se produce en el interior de la Tierra, y se extrae mediante la perforación de pozos de profundidades que van desde los 600 metros hasta los 5.000.

Este tipo de combustible tiene multitud de utilidades; la más relacionada con el mundo del motor es la de la producción de gasolina, si bien no es, ni mucho menos, la única; también se emplea para la creación de asfalto, plásticos...

Gasolina o gasóleo

De la destilación del petróleo se obtiene gasolina o gasóleo. En ambos casos se utiliza una torre de crackeo que es donde se introduce el petróleo crudo y se calienta. El vapor se condensa y el residuo se utiliza para grasas, aceites pesados y fibras textiles. Después, el vapor condensado vuelve a calentarse y de esa segunda destilación se obtiene fuel oil. 

Para conseguir gasóleo se necesita una nueva destilación. De una siguiente destilación se obtiene keroseno y con una más se produce gasolina. Todavía es posible añadir una nueva destilación con la que del petróleo se obtiene nafta.

GLP

La gasolina es, junto con el gasóleo, el combustible empleado en la mayor parte de los vehículos en circulación. Aunque es cierto que cada vez ganan más cuota de mercado las energías alternativas, especialmente la electricidad (en octubre, en Europa, se vendieron por primera vez en la historia más coches eléctricos que de gasóleo).

Del petróleo también se pueden obtener los gases licuados del petróleo (que son, sobre todo, el butano y el propano); conocidos como GLP. Este tipo de combustible se obtiene por refinado del petróleo, y entre sus muchas aplicaciones está en del sector del automóvil. 

El GLP es una de las opciones que ofrecen muchos fabricantes para reducir las emisiones de su flota de vehículos. Es un combustible menos contaminante pero, como principal desventaja hay que apuntar que la red de suministro es escasa. Un ejemplo es la gama GLP de Dacia.

3. Gas natural

Otro tipo de combustible fósil es el gas natural. Este está formado principalmente por metano (uno de los gases causantes del efecto invernadero), si bien también contiene otros alcanos, y a veces un pequeño porcentaje de dióxido de carbono, nitrógeno, ácido sulfhídrico o helio. 

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El gas natural también se extrae de las profundidades de la tierra. Para obtenerlo, se llevan a cabo una serie de perforaciones, y s transporta posteriormente por los gasoductos. 

Este tipo de combustible fósil es muy empleado para las calefacciones de los hogares, pero también gana puestos para uso en el mundo del automóvil. 

Ventajas de los coches de GNC

• Son más seguros que los convencionales porque el Gas Natural Comprimido tiene menos posibilidades de inflamación y detonación. 
• Comparados con los vehículos de gasoil, los motores tienen menos vibraciones y contaminación acústica. 
• Los motores GNC son más duraderos que un motor de combustible tradicional porque su funcionamiento no necesita tantas revoluciones.
• El coste del kilo de GNC es muy inferior al de un litro de gasolina o diésel
• El mantenimiento de un coche GNC es más barato porque al emitir menos gases contaminantes a través del escape y de la salida de gases, el coche sufre menos deterioro. 
• Los coches GNC se benefician de la etiqueta ECO de la DGT por sus bajas emisiones. 

También tienen inconvenientes, el más importante que no son muchos los puntos de GNC disponibles en España.

Respecto a los coches de GNC más populares hay que destacar los del grupo VW como el Seat Arona TGI, el Skoda Octavia Combi G-Tec y el Audi A3 Sportback g-tron.