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Comparativa: Lynk & Co 01 vs Hyundai Tucson PHEV, enchufe para todo

Equipados con motores de gasolina y un sistema híbrido enchufable, el Lynk & Co 01  y el Hyundai Tucson presumen también de imagen y calidad. ¿Pero cuál de ellos es el más interesante?

La idea de los híbridos enchufables ha polarizado el mundo del automóvil igual que en su día lo hicieron los descapotables diésel. Aunque esta vez, más allá de entrar (o no) en los corazones de los compradores, se ha topado con las Administraciones y asociaciones varias. Por ejemplo, un PHEV en Alemania ya no se beneficia de las ventajas de los eléctricos, y en el resto de Europa no son pocas las asociaciones que dicen que no, que eso no puede ser un “coche 0” porque quema gasolina. 

Pero las marcas no acaban de ver el final a este híbrido (nunca mejor dicho) entre eléctrico y gasolina y apuestan por lanzar modelos tan interesantes como los que tienes en estas páginas. Uno de los dos proviene de Yuyao, China, y demuestra que la competencia procedente del Lejano Oriente no debe subestimarse. El Lynk & Co 01 PHEV se encuentra con otro oriental, el coreano Hyundai Tucson 1.6 T-GDI PHEV. Ambos entran al terreno de juego con casi las mismas características. 

El Hyundai está propulsado por un cuatro cilindros de 1,6 litros con 180 CV y está unido a un eléctrico de 90 CV, alimentado por una batería de 13,8 kWh. En cuanto a Lynk & Co, pertenece al grupo Geely, quienes le compraron a Ford la marca Volvo en 2010 (también es el mayor accionista de Lotus, Aston Martin y Mercedes, copropietaria de Smart; en su cartera tienen marcas como Polestar, Proton y London Taxi). Y así, el 01 utiliza el mismo esquema del Volvo XC40 T5 Recharge, que, por cierto, no se fabrica desde principios de 2022 y tiene una batería más pequeña. 

Comparativa: Lynk & Co 01 vs Hyundai Tucson PHEV

Bajo el capó del 01 funciona, un poco bruscamente, un propulsor turbo de gasolina de tres cilindros con 180 CV, apoyado por un motor eléctrico de 82 CV, que extrae su energía de una batería de 14,1 kWh. 

Por su parte, el Hyundai Tucson tiene 265 CV y el Lynk & Co, 261. Esta similitud también se refleja en las cifras oficiales de aceleración: el Tucson de 1,9 toneladas acelera hasta los 100 km/h en 8,2 segundos, mientras que el 01, que es igual de pesado, tarda 8,0 y sigue hasta llegar a 210 km/h. Por su parte, el Tucson tiene una velocidad máxima de 191. 

 

Si pisas a fondo el acelerador esperando fuerza instantánea, tendrás que acostumbrarte a una distribución de energía no-inmediata. Mientras que el Tucson transmite un máximo de 304 Nm a las cuatro ruedas a través de seis velocidades, el Lynk & Co es tracción delantera, tiene siete marchas y 425 Nm. 

Es esta cifra de par la que hace que se sienta más poderoso hasta el punto de que el control de estabilidad tiene que intervenir mucho más a menudo si utilizas el acelerador con contundencia. La parte buena es que lo hace de una manera tan suave que apenas molesta al conductor, y además te da la sensación de estar en la carretera de una manera mucho más deportiva. 

Los programas de conducción también contribuyen a ello. El Tucson sólo tiene Eco y Sport, mientras que el Lynk & Co tiene Hybrid, que optimiza la eficiencia usando ambos motores; Pure, que es el 100% eléctrico (hasta 120 km/h); y Power, el más deportivo y en la pantalla central de 12,7 pulgadas se indica al conductor que está obteniendo una experiencia de conducción de alto rendimiento... 

Comparativa: Lynk & Co 01 vs Hyundai Tucson PHEV

Bueno, sí es cierto que la experiencia de conducción es atractiva, pero todavía está muy lejos de eso de alto rendimiento. Por ejemplo, debido a la dosificación del pedal de freno, que deja mucho que desear. Si bien no sucede nada en absoluto en el primer tercio de su recorrido, luego pasa a ser contundente unos milímetros después. 

El Tucson lo hace mejor en este apartado, pero todo se siente como demasiado suave. Los frenos, la dirección, el chasis adaptativo... son demasiado blandos en los dos modos de conducción, al igual que su dirección con poco feedback. 

Aquí el Lynk & Co es mejor, especialmente a velocidades altas, lo que se une a que la puesta a punto es algo más dura  y eso significa que, a cambio, te hace sufrir un poco más de la cuenta en zonas de baches. Los asientos cubiertos con ECONYL, un material basado en el nylon reciclado  de sedales y otros plásticos, son bastante firmes, pero si eres una persona alta, la banqueta te resultará corta y no podrás encontrar una posición ideal para sentarte con facilidad. Aquí los coreanos lo hacen mucho mejor. El uso del espacio en el Tucson es más inteligente en general, lo que se nota particularmente en la segunda fila de asientos y en el maletero. 

Así es la calidad asiática

En lo que ambos son muy buenos es en crear la sensación de estar sentado en un SUV de alta calidad, bien fabricado y con materiales más que aparentes. Pero también aquí hay que hacer una distinción: Hyundai utiliza mucho el material piano black, por lo que al poco se ven huellas, se notan la suciedad y las marcas de uso, especialmente las ralladuras. Por contra, el modelo chino tiene un plástico agradable al tacto, cubiertas de símil de cuero o superficies acolchadas. 

 

Lynk & Co también se ha esforzado mucho en los botones y controles. Por un lado, uno se beneficia de las piezas comunes de Volvo, como el volante con superficies táctiles y botones, pero también los propios mandos giratorios tienen un funcionamiento y tacto que da gusto manejar. Esto también se puede aplicar al Hyundai, aunque el fabricante confía más en las superficies táctiles y adopta un enfoque más sobrio para todo. 

En el 01 tienes a Frank. Es el nombre del asistente virtual que siempre trata de complacerte. "Frank, tengo hambre". Y si no entiende algo, se culpa a sí mismo de forma divertida: "Tengo que lavarme los oídos. Espera un minuto... No tengo oídos. Tampoco importa. ¿Puedes repetir eso, por favor?” Sí, un Frank así se echa de menos en el Tucson. En el Hyundai la comunicación comienza con sólo presionar un botón. No es tan elocuente, pero sí igual de útil cuando se trata de encontrar el camino o encender los asientos calefactables en días fríos. 

Comparativa: Lynk & Co 01 vs Hyundai Tucson PHEV

En el ámbito digital, ninguno de los cede un punto al rival. Ambas pantallas centrales presentan sus imágenes nítidas, los menús se explican por sí mismos, aunque el 01 con sus widgets es un poco más claro y la pantalla está un poco más cerca del conductor, lo que hace que la operación sea algo más cómoda. Por contra, su funcionamiento no está tan pulido y si utilizas su navegador vas a echar de menos más rapidez y precisión en las indicaciones visuales.

El 01 tiene cámara de 360 ​grados de fábrica, algo que debes pedir como extra en Hyundai... aunque en realidad casi todo. Aunque el coreano tiene una dotación espectacular, el Lynk & Co tiene todo lo que puedas imaginar, aunque seas muy fantasioso. A cambio, no puedes personalizarlo demasiado: elige si azul o negro y punto final.

El 01 también tiene la peculiaridad de que ofrece fórmulas alternativas de propiedad tipo suscripción o para compartir. Si no quieres esas modernidades, puedes comprarlo también. Un Tucson PHEV base cuesta 44.100 euros antes de descuentos y ayudas. Hay una versión equipada con todos los extras por 53.050 si quieres darlo todo en el concesionario. Al Lynk & Co puedes suscribirte durante un mes por 550 euros, alquilar uno a un particular por el tiempo que quieras (el arrendador pone el precio por día) o comprarlo por 44.500 euros antes de ayudas. 

Conclusión

El Link&Co muestra que en el futuro los coches chinos también cuentan, incluso si en este test la clasificación de estrellas es algo más baja que en el Tucson, que se impone sobre todo por su mejor uso del espacio y un tren de rodaje convincente. Al 01 le distingue su buena impresión de calidad, la conectividad y el asistente de voz, aparte de la gran pantalla táctil que permite una visualización muy buena.

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