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Comparativa: Audi RS 5 HighPerformance GT/BMW M4/Mercedes-AMG C63

Audi ha presentado recientemente una versión muy especial de su Audi S5. ¿Logrará poner en apuros a sus dos principales rivales? Lo comprobamos de la mejor manera: sometiendo a estos tres coches al dictamen de un cronómetro, en el circuito de Sachsenring. Comparativa: Audi RS 5 High-Performance-GT vs BMW M4 y Mercedes-AMG C 63.

El BMW M4 llega con el paquete Competition, y el Mercedes AMG C 63 en su versión. S. Sobre la báscula, el Audi RS 5 está entre el AMG y el siempre ligero M4. Y logra reducir su peso, respecto al modelo anterior, en 60 kilos, hasta los 1.733. Su nuevo biturbo V6, el 2.9 TFSI, se aprovecha muy bien de esta cura de adelgazamiento. Rinde 450 CV y 600 Nm de par. Hemos medido unas prestaciones de quitarse el sombrero: 3,6 segundos para pasar de 0 a 100 km/h, con lo que reduce el dato dado por la marca en nada menos que tres décimas. Lo mismo pasa con su par motor: en nuestro banco de rodillos ha dado 637 Nm frente a los 600 oficiales. En resumen: pisar a fondo desde parado y soltar el freno, supone que te ves literalmente catapultado hacia el horizonte.

VIDEO: Al volante del BMW M4

La nueva caja automática de ocho velocidades inserta con una ausencia casi total de tirones. Las mariposas del escape se abren a partir de los 80 km/h, y ahí empieza el espectáculo sonoro de este V6. Aunque nunca llega a ser escandaloso. El empuje del BMW M4 recuerda a los turbos de antes. Su seis cilindros en línea, de 450 CV y 550 Nm de par, con el escape M-Performance, no se preocupa tanto de la insonorización, y sí de embriagar tus oídos. Y ya mucho antes de llegar a las 4.000 vueltas. Su cambio DKG, en el modo más deportivo, cambia de segunda a tercera con tal vehemencia, que impacta con violencia en las ruedas traseras y a 120 km/h el piloto del ESP seguirá parpadeando a placer. Pero que no te lleve a engaño: el chasis Competition y las llantas de 20 pulgadas digieren menor tanta fiereza que el M4 con la configuración estándar y las ruedas de 19.

El Mercedes-AMG C 63 S aparece con una carrocería ensanchada y un motor de cuatro litros V8 con doble turbo que rinde 510 CV y 700 Nm. Al pisar a fondo empuja como si no hubiera un mañana desde bajas vueltas, y aunque al principio parece más duro que el Audi, según adquiere velocidad se alcanza su elevado nivel de confort, gracias a su chasis adaptativo. El V8 deleita tus oídos como solo un motor de estas características puede hacerlo, pero sin llegar a ser demasiado ruidoso en ningún momento. Tanto en las zonas de curvas como en el carril izquierdo de una autovía a 290 km/h, la sensación de solidez que transmite es impresionante. A altas velocidades, este AMG no solo se siente realmente bien, sino que es imbatible: ninguno de sus rivales logrará alcanzarlo a partir de los 160 km/h. Al llegar a 250 le rasca todo un segundo al M4, y dos al RS5. Y eso, aun cuando tiene desarrollos más cortos. Mirado desde otra perspectiva, esto es precisamente lo que ayuda al V8 a llegar a la zona roja del cuentavueltas en un suspiro. Aquí también ayuda, claro, su abrumador par, que hace palidecer a sus dos rivales.

Pero seguirás preguntándote: ¿Cuál es más rápido? En Sachsenring, el AMG permite un guiado preciso y muy estable con su dirección rápida y firme, construyendo en todo momento un grip mecánico en los dos ejes mientras su bloqueo activo actúa con una fineza que no conocíamos hasta ahora. Tiempo por vuelta: 1:37,22 minutos.

El BMW M4 ha sido el más rápido del trío, con 1:36,92 minutos, aunque sea el menos potente. Y eso es porque su viva zaga, con unas manos expertas, permite jugar en las curvas y apurar hasta trazar giros casi perfectos y, por tanto, los más rápidos. A eso hay que añadir unos frenos cerámicos que permiten apurar al máximo antes de cada curva, y un cambio DKG que sube y reduce a la velocidad del rayo.

El Audi ha sido el más lento de los tres, con 1:39,58 minutos. El problema es que este tracción integral hace que el impulso recaiga excesivamente en el eje delantero. En una conducción extrema en circuito como esta, el diferencial deportivo apenas puede gestionar los subvirajes. Por eso, en el tiempo por vuelta, solo es capaz de rascarle un segundo al S5 normal. Hay que decir que sus frenos cerámicos son potentes y muy resistentes al calentamiento, y solo nos ha rechinado un tacto algo difuso.

De modo que al final, nos queda claro: el Audi RS 5 High-Performance-GT es, como indican sus siglas, un soberbio Gran Turismo muy veloz y más confortable para viajar que sus rivales. Su terreno natural está en amplias carreteras abiertas, antes que en un revirado circuito.

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