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Uzbekistán: recorremos el país de los Chevrolet blancos

Si el sueño de todo fabricante de coches es copar el mercado, Chevrolet ha encontrao su paraíso en Uzbekistán. AUTOBILD.ES ha viajado a este país de Asia Central para conocer sus peculiaridades y su mundo automovilístico.

Cuando comenté a amigos y conocidos que tenía la sana intención de irme de vacaciones a Uzbekistán, la primera reacción generalizada fue de cara de póker acompañada de una pregunta recurrente: “Ahí es donde estaba Bin Laden, ¿no?”. Por partes, como sugeriría Jack el Destripador: efectivamente, Uzbekistán es uno de los países de Asia Central que cobraron notoriedad en España después de los atentados de 11-S, pues ante la pregunta de dónde estaban los talibanes y Bin Laden, algún graciosillo creó la chanza de “Afganistán, Kazajstán, Aquí-no-están, Aquí-tampoco-están, etc.”.

Para ser sincero, antes de emprender la marcha hasta Uzbekistán me llegué a preguntar qué demonios pintaba yo en un destino tan exótico. Sin embargo, argumentos de peso para visitar Uzbekistán hay muchos, entre los que destaca sin duda alguna el impresionante patrimonio cultural que posee. Vestigios de un pasado glorioso, en el que Transoxania –la actual Uzbekistán– era parada y fonda de la Ruta de la Seda, esa red de vías comerciales que conectaba Europa con China y cuya mercancía principal y más demandada era precisamente la seda. Y fruto de esa ruta, y como consecuencia de las guerras que llevaron a cabo todopoderosos regidores como Amur Temir, que en cada conquista perdonaban la vida a artistas y arquitectos para que embellecieran las ciudades, quedan aún en pie Patrimonios de la Humanidad como Samarkanda, Bukhara o Khiva. Así, pues, solo por estas tres ciudades Patrimonio de la Humanidad, bien merece una visita Uzbekistán.

Uzbekistan chevrolet

Ahora bien, el viajero que desee adentrarse en este país ha de saber antes de nada que ese territorio de Asia Central se caracteriza por varias peculiaridades. La primera de ellas es que aunque desde el año 1991 –en que se independizó de la URSS– es una república democrática, en realidad es una 'dictadura democrática': hay elecciones y existe un sistema bicameral, pero desde ese año todo –política y negocios– es controlado por la familia Karimov. La segunda peculiaridad es que aunque se trata de un país islámico –la religión oficial–, el poso de 90 años de comunismo de la URSS ha borrado del mapa todo atisbo de islamización –de hecho, está prohibida la llamada al rezo y en cualquier lugar puedes tomar alcohol sin problemas, por poner dos ejemplos–. Y la tercera, y en la que me voy a centrar en este reportaje, es que si la marca Chevrolet no te gusta, lo llevas crudo en Uzbekistán.

Porque, tal y como reza el titular de este artículo, éste es el país de los Chevy, concretamente de color blanco. De hecho, allá donde mires habrá un modelo de Chevrolet –o en su defecto, un modelo de la marca Daewoo, obviamente–.

Poderío total

Para hacerse una idea exacta del poderío de Chevrolet en Uzbekistán bastan dos cifras: el 94% de los coches nuevos vendidos en 2011 fueron Chevrolet y el 93% del parque automovilístico uzbeko está copado por esta marca de GM. El motivo de este enorme poder de Chevrolet –Uzbekistán, con una población de 29 millones de habitantes y una renta per capita inferior a 1.000 dólares, es el octavo mercado para esta firma estadounidense– tiene una explicación sencilla: Chevrolet Uzbekistán es desde 1996 una joint venture participada en un 75% por el Estado uzbeko, en concreto, a través de la empresa UzAvtosanoat, que cuenta con más de 5.000 empleados y cuya planta de fabricación se halla en Asaka, en pleno valle de Ferghana, una de las zonas más bellas y fértiles de Uzbekistán, y de donde salen cada año 250.000 unidades, entre otras del Cobalt, modelo destinado a mercados emergentes. Es decir, que al ser el Estado parte muy muy interesada en este mercado, el resto de posibles competidores se come los mocos...

Chevrolet uzbekistan

Para mayor escarnio, la posible competencia no solo juega con la desventaja con respecto a Chevrolet del apoyo institucional, sino que, además, son tan severos los aranceles aplicados a los automóviles de importación que el precio de un vehículo que no sea Chevrolet conlleva un sobrecoste de hasta un 150% de la factura del modelo en concreto. Tan costoso resulta inclinarse por un coche que no sea Chevrolet en Uzbekistán que muchos uzbekos tienen la tentación de adquirir Mercedes con más de 20 años a sus espaldas en Dubai, y les resulta más caro que comprarse una berlina o un SUV nuevos de la marca estadounidense.

Lo curioso del caso es que a pesar de que Chevrolet es la marca nacional, no hay facilidades para la adquisición de un Chevrolet. Es más, todo aquel uzbeko que desee un Chevy tendrá que esperar por lo menos un año para poder disfrutarlo, eso sí, después de haber realizado un depósito del 85% de la factura total del coche. Cuántas empresas en España y en otros lugares del mundo no soñarían con este privilegiado modelo de negocio... En cualquier caso, y tal y como apuntaba líneas más arriba, Uzbekistán es un país peculiar, empezando por su 'Gran Hermano' Islam Karimov, quien, después de haber bebido en las fuentes del despotismo ilustrado –“todo para el pueblo, pero sin el pueblo”–, no hace patria, y disfruta para sus desplazamientos por la capital, Tashkent, de un flamante Mercedes Clase S. Se da la circunstancia de que mi primer día en Uzbekistán pude ver en vivo y en directo el Mercedes negro de Karimov. Salía del suburbano –que al ser instalaciones del Estado están militarizadas– cuando de pronto unos policías me impidieron seguir caminando. La avenida por la que pretendía cruzar estaba literalmente tomada por coches de policía –Chevrolet y alguna que otra reliquia soviética (véase recuadro más abajo)– que bloqueaban el tráfico. No entendía lo que ocurría hasta que de pronto aparecieron a toda pastilla varios Mercedes Clase G flanqueando a tres Mercedes Clase S con cristales tintados. Obviamente en el interior de uno de los tres Clase S viajaba el autoritario y todopoderoso Islam Karimov...

Construidos para durar

Si algo quiero dejar claro es que de ningún modo este reportaje pretende atacar la reputación de Chevrolet, pues he de destacar que los modelos de la marca estadounidense encajan como anillo al dedo en la idiosincrasia uzbeka. Y es que a excepción de las carreteras que circunvalan la capital, el resto de la red viaria uzbeka se encuentra en un estado lamentable. O bien se trata de carreteras que datan de la época soviética y que con el paso del tiempo, el tremendo sol de justicia que cae sobre todo en verano y revienta el asfalto, y el paso de miles de vehículos día tras día, se hallan muy bacheadas, o son pistas de tierra no aptas para cualquier vehículo. Pues bien, tanto en unas como en otras, los Chevrolet se desenvuelven con auténtica soltura, y duran, duran y duran.

Conducir en Uzbekistán sin tener conocimiento del idioma local resulta una aventura tremenda –entre otros motivos, porque hay ausencia total de indicaciones de dirección–. Durante mi estancia allí no conduje, pero sí circulé como copiloto unos 2.000 km, por lo que pude hacerme una idea de cómo es el mundo automovilístico de ese país. Para empezar, el estilo uzbeko de conducción: les encanta salir derrapando en cada semáforo, y acelerar y pegar frenazos bruscos.

carreteras uzbekistan

En carretera abierta, el uzbeko baja el ritmo porque no le queda más remedio en esos tramos de vía con baches que parecen cráteres. Pero eso sí, en cuanto mejora el pavimento, al uzbeko le gusta darle zapatilla como a todo hijo de vecino, y como en España, las imprudencias se pagan. Durante mi desplazamiento a la ciudad de Moynak, antiguo puerto del mar de Aral –el cuarto lago más grande del mundo en la década de los 60 y ahora casi seco tras ser desviadas las aguas del río Amu Darya en la época soviética para crear canales de riego para los campos de algodón y melonares–, al conductor que me llevaba a bordo de un minúsculo pero resistente Daewoo Matiz le colocaron tres multas que acabaron con las reservas de billetes que escondía en la guantera. La primera fue de 12.000 SUM (unos 4,65 euros) por circular 10 km/h por encima de la velocidad genérica (70 km/h). El dinero fue directamente al bolsillo del agente de policía y ni que decir tiene que de recibo, na de na. La segunda fue de 20.000 SUM (7,74 euros) por el mismo motivo y con el consiguiente destino para los billetes. Y la tercera, de 120.000 SUM (46,50 euros; una importante suma para ese país), se la colocó una patrulla camuflada que llamó por teléfono al punto de control siguiente donde lo pararon. Efectivamente, ese es otro detalle a tener en cuenta en Uzbekistán: en las entradas y las salidas de las ciudades y en zonas estratégicas de las distintas carreteras hay puntos de control donde en muchas ocasiones hay que pagar una 'mordida'.

Para compensar las circunstancias antes citadas, el uzbeko le saca todo el partido posible a su coche. Y es que allí, si posees un automóvil, automáticamente te conviertes en taxista. Y eso que en Uzbekistán hay taxis, pero como si no existieran. En las estaciones de tren o en los aeropuertos e incluso en medio de las ciudades, si quieres desplazarte a un punto concreto en coche, paras uno, le indicas al conductor a dónde quieres ir –lo normal es que te digan que conocen el destino cuando en realidad no lo saben–, pactas el precio y ya está. Y como en Uzbekistán tener un automóvil es tener un tesoro, cuidan los coches con sumo mimo e incluso los personalizan (véase el recuadro de 'Tuning uzbeko', bajo estas líneas), lo cual es lógico, porque en un país donde el 93% de los vehículos son Chevrolet blancos, ser diferente no es un reto sino una necesidad...

Glorias soviéticas

Como país ex soviético que es, en Uzbekistán, además de Chevrolet, podemos encontrarnos muchos coches de origen soviético. Algunos de ellos muy conocidos por todos nosotros y otros de los que seguro, nunca has oido hablar.

Lada Niva

Lada Niva

Uno de los modelos más conocidos en España -y en muchos países de Europa del Este- y que en Uzbekistán también abundan. Este todocamino robusto, muy apto para ls peculiares carreteras uzbekas, fue el primer modelo fabricado por VAZ sin la colaboración/licencia de Fiat.

GAZ Volga

GAZ Volga

Fabricado entre 1968 y 1985, es un claro ejemplo de coche soviético de inspiración estadounidense. Largo y con enorme motor (llegó a montar un V8 de 195 CV) fue utilizado como taxi, coche de policía y como limusina de gerifaltes.

Moskovitch 408

Moskovitch 408

A pesar de su color y su estado, este fue uno de los modelos más exitosos de la industria automovilística rusa. Se fabricó entre 1964 y 1976, y el 55% de su producción fue exportada a países satélite de la URSS.

VAZ-Lada Sputnik

VAZ-Lada Sputnik

Conocido en su Rusia natal como Sputnik, en honor al primer satélite artificial lanzado al espacio por la URSS, fuera de sus fronteras se llamaba Samara (una ciudad a orillas del Volga). Se estuvo fabricando durante 20 años desde 1984, lo que lo convirtió en uno de los modelos de mayor producción de la historia.

GAZ M-20 Pobeda

GAZ M-20 Pobeda

‘Pobeda’ significa ‘victoria’ en ruso, y además de dar nombre a islas, montañas e incluso una estación de metro en Moscú, también lo hace a este modelo fabricado en 1946 tras la victoria en la II Guerra Mundial. Tiene estilo americano...

Tuning uzbeko

En un país donde la mayoría de los vehículos son Chevrolet blancos, a la gente le gusta, ya no solo mantener sus coches en perfecto estado, sino también dotarles de algún elemento estético para 'diferenciarse' del resto. Por eso estos últimos años se ha puesto de moda en este país 'tunear' los coches para darles un punto más exotico y diferente.

Frankenstein sobre ruedas

Lincoln TownCar tuning

Este es uno de los coches más peculiares que vi en mi estancia en Uzbekistán. Lo califico como ‘Frankenstein’ porque se trata de un Lincoln TownCar, al que le han colocado el sistema de puertas de Lamborghini y el frontal ha tomado la parrilla y los faros de un Rolls-Royce Phantom. Y como guinda, el logotipo de Ford. Toma nísperos...

Lincoln TownCar tuning

Lada 'cuadriga'

Lada tuning uzbekistan

El propietario de este Lada 1600, además de mantener su ‘joya’ en perfecto estado de revista, le montó unas llantas que casi parecen de las cuadrigas...

El GAZ de las luces

GAZ tuning uzbekistan

A este uzbeko, dueño de un destartalado GAZ Volga, le hubiera encantado recorrerse la ‘ruta del bacalao’ valenciana con este festival de luces rodante.

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