Gasolina y diésel cada vez más cerca de los dos euros/litros: estas son las razones

Desde hace meses, más de un año, el precio de los carburantes no deja de subir como la espuma, en sintonía con el coste de la energía, como la luz y, en general, de la vida. Gasolina y diésel están cada vez más cerca de los dos euros/litros: estas son las razones.

Si sueles llenar el depósito de tu coche con relativa frecuencia, seguramente habrás notado que, cada vez que acudes a la gasolinera, la herida en tu cuenta corriente es cada vez más dolorosa. Una herida que, lejos de cerrarse, no para de crecer. 

Y es que ir a una estación de servicio se ha convertido en una auténtica película de terror, cuando vemos la pantalla con el precio por litro de los combustibles, acercándose peligrosamente al umbral de los dos euros. Pero ¿por qué?

Antecedentes

Para encontrar un precio de los carburantes tan elevado, hay que retroceder unos años en el tiempo, concretamente al periodo entre 2011 y 2014. En aquellos años, azotados por la crisis financiera de 2008, el diésel llegó a superar los 1,40 euros por litro y la gasolina estuvo por encima de los 1,50 euros por litro.

En esos años, el Gobierno llegó a tomar la medida de reducir el límite de velocidad a 110 km/h como una solución para reducir gastos en combustible, al ser España uno de los países más dependientes de la importación de petróleo. 

La gasolina y el diésel marcan su precio histórico más alto en España

Actualmente, el precio de la gasolina y diésel ha rebasado sobradamente los valores de aquellos años, pero existe una pequeña diferencia, un matiz que no es tan pequeño: el precio del barril de Brent alcanzó los 125 dólares en aquellos años. 

Ahora se mueve en torno a los 100 dólares. Hay, por tanto, un margen de 25 dólares que debería significar un precio final del combustible más bajo que en aquella época. 

Gasolina y diésel cada vez más cerca de los dos euros/litros: varias razones 

En primer lugar, hay que decir que resulta muy difícil comparar el precio de los combustibles entre diferentes países, ya que no todos utilizan los mismos baremos y ciclos de medición. 

Existen muchos factores que desvían las estadísticas: hay países que comunican los precios por días, otros por semanas… Pero, teniendo en cuenta todo esto, hay países en donde el precio de los carburantes ha caído en más de 30 céntimos después de alcanzar el pico, mientras que, en España, solo ha bajado unos 3 céntimos. 

Del precio marcado del combustible, la parte que puede subir corresponde con la comercialización, es decir, el margen que tiene la empresa que se encarga de distribuir el combustible. 

Por otro lado, está la cuestión de los impuestos y aquí se da un caso curioso: los impuestos a la gasolina y diésel han ido subiendo progresivamente en los últimos años, pero siguen siendo más bajos que en la mayoría de los países europeos, un 49% en la gasolina y un 45% el gasóleo. 

Esto significa que, de todo lo que pagamos por repostar, más o menos la mitad se va en impuestos. Sin embargo, en el resto de Europa, el gravamen a los impuestos se mueve entre el 50 y el 60%. El resto de los europeos pagan un poco más que nosotros en tasas.

En tercer lugar, hay que mencionar el cambio del euro/dólar. Cuando el barril de Brent estaba a 125 dólares, el cambio era de 1,35 dólares por euro. Ahora, en el momento de escribir estas líneas, el cambio se sitúa en torno a los 1,12/1,13 dólares por euro. Al haber una diferencia menor, notamos más el hecho de que el precio del petróleo en dólares esté más alto. 

Por último, un factor que muchas veces no se tiene en cuenta, pero que contribuye a incrementar el precio de los carburantes: los biocombustibles. La normativa europea obliga a todas las gasolineras a tener combustibles de origen natural, aunque cada país aplica la norma como quiere. 

En España, el objetivo es que el 10% de todo el combustible utilizado sea bio. El problema es que los biocarburantes son más caros de producir que los tradicionales de origen fósil y, a medida que aumenta la presencia de aquellos, aumenta el precio final. 

España, el cuarto país europeo con los carburantes más caros

España ha cerrado el 2021 siendo el cuarto país con el precio de los carburantes más alto, algo que no había ocurrido antes. Nuestro país solo ha sido superado por Países Bajos, Dinamarca y Finlandia, pero con la diferencia de que todos estos tienen una renta per cápita claramente superior a la española. 

Por un lado, el sector explica que la subida de los precios se debe a la enorme diferencia de precios que existe entre una gasolinera y otra, llegando a alcanzar el 8%. Esto hace que, según dónde acudas a repostar, puedas encontrar precios muy dispares, lo cual, favorece a las estaciones 'low cost'. 

Siempre se ha hablado del famoso efecto cohete cuando sube la gasolina y efecto pluma cuando baja. Es decir, cuando sube el precio del petróleo y otros factores condicionantes, el precio de la gasolina se dispara rápidamente, pero no ocurre igual cuando baja. 

Este efecto se está produciendo más fuerte que nunca y coincide con un contexto de fuerte inflación, lo que está afectando aún más a la economía de muchas familias. Y a todo esto hay que sumar las consecuencias de una pandemia que aún no ha terminado y la subida de impuestos a los carburantes, especialmente, al diésel, prevista por el Gobierno.