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Así era el desconocido Skoda Buggy Type 736

Skoda Buggy Type 736

Si piensas en un buggy, probablemente el primero que te venga a la cabeza es el que el surfero Bruce F. Meyers creó tomando la base de un Volkswagen Escarabajo.

Pues bien, gracias a los "análisis de modelos especiales" que está publicando la compañía checa, hemos podido descubrir el Skoda Buggy Type 736, un vehículo creado por la compañía checa y que estuvo desarrollado a partir de su sedán, el Skoda 110.

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Fue en la década de los 60 cuando las carreras de autocross comenzaron a llegar a Europa. En Checoslovaquia, la primera se disputó en 1969, en la ciudad de Přerov. Un año más tarde, Skoda comenzó a tomar partido con el piloto Milan Žid, ganando en la categoría de menos de 1.000 cc en el circuito de obstáculos del hipódromo de Pardubice. La herramienta fue un Skoda 1100 MB, aunque preparado para la ocasión: sin paragolpes y sin puertas, y con un interior vacío, solo con lo esencial. 

En 1971, Skoda dominaba el campeonato nacional de autocross con un buggy basado en el 100/110 L, aunque modificado para un mejor rendimiento en competición: los bajos del coche eran 40 centímetros más cortos y una gran parte de la carrocería había sido sustituida por barras estabilizadoras. A pesar de las victorias de Milan Žid y de Oldřich Brunclík en sendas categorías, Skoda puso punto y aparte a su participación en esta disciplina para centrarse en los rallys.

Skoda Buggy Type 736

La moda de los buggys llegó al las carreteras de Europa desde Florida. Muchos fueron los fabricantes que realizaron sus creaciones tomando una base sencilla y modificando las carrocerías con plástico reforzado con fibra de vidrio (GRP). François Vernimmen, de Namur, Bélgica, fue uno de los fabricantes de buggys europeos de aquella época, porque a sus cerca de 30 unidades se unieron las dos de Motorest, el importador italiano de Skoda que llevó el buggy al 'país de la bota'. Todos tenían unas características comunes: tomaban como base el Skoda 110 y equipaban un marco tubular que sostenía el parabrisas y una barra estabilizadora trasera.

La firma checa tanteaba estos productos, hasta que decidió tirarse a la piscina en 1973 con su modelo propio: el Proyecto 736. Tras dos años de estudio, es en 1976 cuando se completan las pruebas. Nace el Skoda Buggy desde el 110, al que se le realiza serias modificaciones: carrocería de metal, una distancia entre ejes menor, de 2.000 mm; un marco tubular en el parabrisas, barra de torsión por encima de la cabeza del conductor y del acompañante y  2+2 plazas. Se diferenciaban de las creaciones belgas e italianas en que el radiador, la batería y el depósito de carburante de 40 litros estaban situados en la parte delantera del vehículo, mejorando así el reparto de pesos.

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De mover los 710 kilogramos del Skoda Buggy Type 736 se encargaba el motor del 110, un cuatro cilindros de 1.107 cc, 45 CV y 74 Nm a 3.000 rpm. Era capaz de alcanzar los 107 km/h con media carga y neumáticos de carretera de Barum de 165 SR 13 y de moverse con un consumo medio de 8,3 l/100 km.

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Desgraciadamente, el buggy checo no pasó a producción, incluso con el plan de reducción de costes que se hizo. En total se fabricaron cinco unidades, de las que una 'trabajó' como vehículo "follow me" en el aeropuerto de Praga y otra fue restaurada en 2017 por los mismos aprendices que la construyeron en los 70, que es la que está expuesta en el Museo Skoda de Mladá Boleslav.

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