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Coservatoire Citroën, donde se almacena la historia de los chevrones

Coservatoire Citroën

En el Conservatoire Citroën, se pueden ver modelos icónicos que han marcado la historia del automóvil como el Traction Avant, el 2CV o el ‘Tiburón’.

A lo largo de sus 104 años de historia, Citroën ha roto paradigmas y ha abierto el camino a nuevas formas de entender el automóvil. Y, aunque los tiempos han cambiado, el objetivo sigue siendo el mismo: facilitar la vida a las personas, ofreciéndoles soluciones útiles de movilidad adaptadas a sus necesidades. 

Toda la historia de la marca francesa está almacenada en el Conservatoire Citroën, situado en Aulnay-Sous-Bois, a las afueras de París. Aquí se pueden encontrar todos los vehículos de los chevrones que han marcado época: desde el Traction Avant hasta el Méhari, pasando por el mítico 2CV, el DS o el GS, entre muchos otros.

El Conservatoire Citroën es un auténtico museo de la historia del Doble Chevrón: alberga más de 400 piezas, lo que lo convierte en la mayor colección internacional de Citroën en todo el mundo. De ellas, 250 están expuestas en su Pabellón Principal. 

Además de vehículos de producción, también se pueden ver los muchos prototipos que han ido marcando las líneas de los futuros modelos.

 

Coservatoire Citroën, donde se almacena la historia de los chevrones

A través de la asociación La Aventura Citroën y de iniciativas como la Amicale Citroën Internacional, que agrupa a clubes, aficionados y coleccionistas de los vehículos de la marca, el Conservatoire es un elemento indispensable en la organización de eventos, salones centrados en la historia del automóvil y del Doble Chevrón.

Entre las joyas que se pueden contemplar en el museo, están los modelos del periodo de Entreguerras, testigos del nacimiento de la marca de André Citroën y de los elementos que han construido su leyenda.

Por ejemplo, el Tipo A, el primer modelo fabricado en serie en Europa, o el B10, pionero en el uso de chasis de acero, así como el C4, el C6 o el Rosalie, vencedor de varios récords mundiales de resistencia.

Y sin olvidar el Citroën Traction Avant, el automóvil que popularizó la tracción delantera. Un viaje en el tiempo para redescubrir las tecnologías y las innovaciones de la época.

También hay espacio para los modelos de los años 40, 50, 60, 70, 80… que siguen muy presentes en la memoria colectiva por su diseño inconfundible o sus innovaciones técnicas. 

Aquí, cabe destacar el Citroën 2CV, el futurista Citroën DS, el innovador Citroën GS o las versiones más deportivas del Citroën SM. Tampoco faltan los vehículos más recientes en sus versiones más sorprendentes.

Los vehículos comerciales

Citroën no olvida en este periplo por su historia los vehículos comerciales, uno de los pilares de la marca en la actualidad y a lo largo de las últimas décadas. Entre las piezas únicas, destaca el último ejemplar fabricado del Tipo H, el célebre furgón construido en chapa con nervaduras, que se ha convertido en un icono del fenómeno de los ‘Food Truck’. 

Su diseño único, su versatilidad y sus capacidades de transformación lo hicieron omnipresente en las carreteras y las calles de toda Europa durante sus más de 35 años de vida comercial. 

Ahora, estos son sus puntos fuertes para ser el abanderado de la revolución de los restaurantes sobre ruedas. Se dejó de fabricar en 1981, cerrando la producción de este modelo, que se inició en 1947.

Presencia en el deporte

Coservatoire Citroën

Suele decirse que Citroën no casa con la deportividad. Nada más lejos de la realidad. La aventura y el deporte constituyen un elemento esencial de la identidad de la firma gala.

Prueba de ello es el 2CV Cross, el ZX del rallye-raid París-Moscú-Pekín 1992 y el C4 Autocadenas, protagonistas de históricas aventuras, como fueron los famosos Cruceros Negro y Amarillo de Citroën. 

Con el primero de ellos, del 28 de octubre de 1924 al 26 de junio de 1925, Citroën recorrió de norte a sur todo el continente africano. Cinco años después, arrancó el Crucero Amarillo, con el que Citroën afrontó la travesía del continente asiático, desde Beirut hasta Pekín.

El Conservatoire Citroën posee también vehículos insólitos, ya sea por su historia o por sus detalles específicos, como el Tipo J, con el que Citroën dejó su huella en las ruedas de chevrones de los tractores, o un helicóptero biplaza desarrollado por la marca en los años 70 como alternativa a los atascos.

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